Los especialistas en el tema afirman que los equipos de protección personal constituyen el último eslabón de esa cadena. No obstante, no le restan valía, muy por el contrario. Trabajadores profundizó sobre el asunto en el contexto de la Jornada Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo que se desarrolló en el país durante todo el mes de noviembre.
Según aseguró Valia Carbó Vázquez —jefa del Centro de Certificación de Equipos de Protección Personal (EPP)*— en la jerarquía de métodos que pueden utilizarse para controlar los peligros en los puestos de trabajo, la protección personal desempeña un rol fundamental ante la existencia de riesgos que, por medidas técnicas, organizativas o mediante disposiciones de protección colectiva, no hayan podido evitarse o limitarse suficientemente en su propio origen.
Es esencial que la persona tenga seguridad en el quehacer que realiza, que garantice su salud, de ahí que los EPP sean imprescindibles en determinadas actividades, como por ejemplo cuando se labora en alturas, en el arreglo de techos u otras del sector de la construcción.
El centro se dedica a verificar la calidad protectora de los EPP que van a circular en el territorio nacional para uso de los trabajadores, en todos los sectores. Para ello, explicó Valia, las entidades productoras, comercializadoras o importadoras deben registrarse aquí para la certificación de los equipos.
“Después que se reconocen como entidad, viene el paso más importante que es el registro del equipo, lo cual implica anexar una muestra física de cada modelo, un certificado de aprobación emitido por un laboratorio independiente acreditado en el país de origen o en un tercero, donde se hará referencia al resultado de los ensayos practicados, una ficha técnica o catálogo del producto y la declaración de conformidad del fabricante.
“Exigimos que los equipos estén debidamente marcados, con un sello o una marca indeleble, una especie de etiqueta industrial, que permita verificar la correspondencia entre la muestra y la documentación presentada”.
Concebir la protección como un sistema
Al aportar otros elementos sobre los EPP, Ariel González Ricardo, especialista del centro, aclaró que estos tienen categorías diferentes, de acuerdo con el nivel de riesgo a que está sometido el trabajador.
Entre los más sencillos mencionó los guantes para jardineros, los espejuelos para sol, los chubasqueros, hasta aquellos que protegen contra riesgos de gran envergadura que pueden ocasionar lesiones graves o la muerte del trabajador, como los arneses de seguridad y los equipos para la protección química, respiratoria y eléctrica.
“Esta es la razón de ser del centro —manifestó—, nuestra actividad es solo un eslabón, es necesario concebir el proceso de forma sistémica. Hay que tener en cuenta el financiamiento, la selección de los equipos, la capacitación de los trabajadores. Si ellos no están conscientes de cómo deben usarlos y conservarlos, entonces no se cumplen los objetivos de esos medios. Por eso nosotros constantemente brindamos orientación a los clientes”.
Comentó que el país destina cuantiosos recursos para la adquisición de los EPP. “Esto tiene un monto anual de 50, 60 millones de pesos. Sin embargo, a veces los equipos no se seleccionan adecuadamente, ya sea porque en las entidades hay fluctuación del personal técnico, este no cuenta con la calificación requerida, o la sobrecarga con otras funciones deriva en que la protección es un elemento más.
“En ocasiones no se le da al medio el uso adecuado, se compra un guante para una actividad y luego se utiliza en otra para la cual no está diseñado. Por tanto, la empresa tiene que contar con un levantamiento de riesgo actualizado, que contemple todas las situaciones de peligro, porque a partir de ahí es que puede determinar cuáles son los equipos que necesita el trabajador”.
*Unidad subordinada al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
Generación segura y saludable
La Jornada Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo se dedicó este año de manera especial (del 1.º al 30 de noviembre) a los jóvenes trabajadores, bajo el lema Generación segura y saludable, teniendo en cuenta su vulnerabilidad a los riesgos en el trabajo.
Este segmento poblacional merece una atención diferenciada por varios factores, entre los cuales pueden mencionarse: falta de experiencia laboral y de capacitación; limitada conciencia de los peligros relacionados con el trabajo y del poder de negociación que puede llevar a los jóvenes a aceptar tareas peligrosas o laborar en malas condiciones.
Gisela Duarte Vázquez, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, refirió que el mejoramiento de las condiciones de vida y de labor con seguridad e higiene adecuados en el trabajo, no solo constituye voluntad política del Estado y del Gobierno, sino que se sustenta en leyes y normativas de estricto cumplimiento, las cuales no siempre se cumplen, ni se reflejan en los Convenios Colectivos de Trabajo.
Explicó que —según indicaciones del secretario general de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento— durante la Jornada se realizaron acciones intencionadas con los jóvenes trabajadores, entre estas la capacitación y el reconocimiento hacia quienes mantienen, al respecto, una conducta consciente.
Al hacer una valoración reconoció lo avanzado y precisó que aún falta mucho por hacer, “en lo cual los sindicatos tenemos una gran responsabilidad en la manera de gestionar la representación de nuestros afiliados y la exigencia por el mejoramiento constante de las condiciones de trabajo en un ambiente de labor sano y seguro, lo que está refrendado en los objetivos de trabajo del movimiento sindical”.