Si alguna leña parece estar lista para arder como titular nacional en la temporada beisbolera proviene de Las Tunas. El pasado año estuvieron a punto de hacerlo en su propio bosque frente a los Alazanes de Granma; sin embargo, ahora lucen más sólidos, con más impulso y, sobre todo, con la inteligencia imprescindible para usar el hacha en función de un cetro jamás disfrutado por esa provincia desde que debutaran en 1977.
Pablo Civil sigue enseñando dotes de mánager aglutinador y estudioso del béisbol (mereció dirigir un equipo nacional a un evento internacional tras la plata de la 57 Serie Nacional); en tanto sus discípulos más aventajados siguen siendo Yosvani Alarcón, Danel Castro, Yuniesky Larduet, Jorge Jhonson, Andrés Quiala, Yoalkis Cruz y Yudier Rodríguez.
Con todos ellos (más el aporte algo disminuido este 2018 de Rafael Viñales) avanzó por tercera ocasión a la segunda fase, en la cual reforzó con cuatro jugadores de lujo: Alexander Ayala, Jorge Enrique Alomá, Yadián Martínez y Dariel Góngora, al tiempo que el matancero Armando Dueñas no lo ha hecho excelente, pero le ha aportado dos éxitos e igual cantidad de salvamentos.
Ofensiva feroz (312 de avarage, 46 jonrones y 411 carreras anotadas) pitcheo suficiente para la calidad de esta campaña (3,91 promedio de carreras limpias y 1.40 whip) y una defensa sobre la media del torneo (971 con 76 errores- de ellos 20 en esta segunda etapa) son cualidades que hacen al conjunto tunero tener casi reservados un asiento para la semifinal de enero, pues solo necesitan unas ocho victorias, lo cual no será difícil de continuar el rendimiento actual.
A la leña tunera solo le afectan dos obstáculos salvables: impaciencia e indisciplina (la sanción a Yordanis Alarcón fue lamentable por el rol que venía desempeñando en el elenco), atributos que traicionan a la hora cero y que cuestan campeonatos. ¿Alguien puede olvidar el arriesgado corrido del receptor Alarcón en el séptimo partido de la final contra Granma?
Su afición es de las mejores del país en cuanto a respaldo y conocimiento de béisbol. Todavía en ella vive la remontada contra Industriales durante la semifinal de la pasada edición y su sueño mayor es saltar sobre la grama del estadio Julio Antonio Mella con un éxito histórico.
Por supuesto, sería incompleto cualquier análisis si no hablamos del cuerpo de entrenadores que acompaña a Civil (con estrategias y metodologías de entrenamiento muy actualizadas); de una historia imborrable que viene desde Ermidelio y Osmani Urrutia, y de los componentes psicológicos, familiares y motivacionales que muchas veces se subestima en el deporte, pero que en este equipo andan bien arriba.
Quizás la cábala de que el puntero en la segunda fase nunca es el monarca pueda caer ahora con Las Tunas. Por si acaso, les aconsejo a todos, gallos espirituanos, azucareros villaclareños y tigres avileños (leones industrialistas y cachorros holguineros se alejan peligrosamente de los play off) que preparen mucho fuego para quemar leña si quieren superar a la selección más estable del campeonato, que piensa en el título desde el primer día y ahora que lo tienen muy cerca no aspiran a dejarlo escapar.