Por sus responsabilidades, tanto en el Partido como en el movimiento sindical, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte De Nacimiento, tuvo el privilegio de estar cerca de Fidel Castro Ruz en disímiles ocasiones. Sobre sus vivencias, accedió a conversar con Trabajadores.
Guilarte De Nacimiento no olvida al Fidel de los duros años del período especial, su voluntad férrea y capacidad para superar las dificultades por muy complejas que estas fueran. Un hombre portador de alternativas y soluciones, que logró convertirse en “un político y estadista de talla mundial —valoró— y también en uno de los principales estrategas de la geopolítica internacional del siglo XX.
“Siempre trasladó a nuestro pueblo su espíritu de confianza absoluta, la convicción profunda de la valía de los argumentos, su visión política y su compromiso con la verdad”.
A su claridad y previsión debemos los institutos de investigaciones agrícolas de La Habana, pues entendía que este era un sector estratégico para el desarrollo del país. Todo ello pudo comprenderlo el dirigente sindical cuando se desempeñó como primer secretario del Partido en la antigua provincia de La Habana y posteriormente en la de Artemisa.
“Sus programas estaban dirigidos no solo al fomento y a la diversificación de los cultivos varios, sino a desarrollar una ganadería de alto potencial genético, que permitiera la adaptación de las diferentes razas a las condiciones climáticas de nuestro país, con elevados rendimientos en la producción de carne y de leche; al mismo tiempo la introducción de razas potenciales en el ganado menor. Como resultado de su labor están las empresas pecuarias Niña Bonita, Valle del Perú, Los Naranjos y Genética del Este.
“Constaté el pensamiento de avanzada de Fidel sobre el cuidado del medio ambiente. Bajo su dirección se construyó el Dique Sur, una obra ingeniera de más de 57 km entre Batabanó y Playa Majana en Artemisa, que ha asegurado la protección de los suelos de la erosión.
“A él debemos también la creación de contingentes de la construcción para impulsar los programas estratégicos en la industria y el turismo”, apuntó Guilarte De Nacimiento.
Los encuentros con Fidel
El líder sindical recuerda que estuvo cerca del Comandante en Jefe por primera vez en la clausura del XVI Congreso de la CTC, en 1990. En esos años dirigía un buró sindical en la construcción de la refinería de Cienfuegos y le causó gran impacto verlo pasearse entre los delegados, mientras conversaba con todos y les hacía preguntas.
Otro de los momentos que conserva con especial admiración fue el vivido en el año 2000 —en el teatro Lázaro Peña— al concluir una tribuna abierta para denunciar una maniobra del imperio: la expulsión del cónsul cubano José Imperatori, de nuestra embajada en Washington. Allí participaron destacados jefes y obreros de los contingentes de la construcción.
“Al terminar el acto nos convocó al salón de protocolo, donde intercambiamos por cerca de cuatro horas. Expuso sus ideas de cómo continuar la ampliación y el desarrollo del programa del turismo en la cayería norte. Dio instrucciones y alentó de lo arduo y complejo de la tarea, pero remarcó la alta importancia que tendría para el país. Al ver lo que se ha logrado hoy, uno se percata de cuánta visión tenía Fidel hacia el futuro”, refirió.
Ya más recientemente, en el 2012 compartió con él durante más de seis horas, en una visita que Fidel realizó a Artemisa, y luego en su casa.
“En el ameno encuentro me explicó de las potencialidades nutricionales de la moringa y la morera, así como de los resultados iniciales de los experimentos que venían desarrollándose en la cooperativa Héroes de Yaguajay en Alquízar. Fidel impulsó la generalización de esos cultivos en varias regiones del país.
“Hablamos de cómo estaban las empresas de genética de La Habana, de la labor de los centros de investigación del arroz, del tabaco, la unidad de investigaciones de los cultivos, del aguacate, las acerolas, el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria y el Instituto de Ciencia Animal, entre otros asuntos”.
Como dirigente, ¿qué enseñanzas le transmitió el Comandante?
Nos dejó un legado en términos de práctica y acción dirigida a mantener la permanente vinculación con los trabajadores y las organizaciones de base, como el más rico sustento a la retroalimentación de las orientaciones.
Insistía mucho en que nada sustituye el intercambio directo y permanente con aquellos que hacen la Revolución con sus manos. Nos dejó un compromiso con los valores: la humildad, el ejemplo personal, la honradez, la fidelidad.
¿Cuáles son, a su juicio, las principales misiones que legó Fidel al movimiento sindical?
La misión más importante y decisoria que el líder histórico de la Revolución legó al movimiento sindical es dirigir la movilización de los trabajadores a generar las riquezas esenciales que demanda hoy el desarrollo socioeconómico del país, como fuente para satisfacer las necesidades crecientes de nuestro pueblo, tal y como reconoce el proyecto social socialista que hemos decidido seguir construyendo.
Representar y salvaguardar siempre a la Revolución, que es igual a decir defender los derechos de los trabajadores; porque solo con ella la clase obrera cubana ha llegado y actúa desde el poder y es la Revolución la que se ha ocupado siempre de asegurar el bienestar y la mejora continua del pueblo.
Y que respaldemos la política aprobada por nuestro Gobierno, desde el fomento de la unidad, el debate inclusivo y la participación cada vez más activa y protagónica de los trabajadores en la construcción de los consensos.
Cuando se menciona a Fidel, ¿qué es lo primero que piensa?
En la Revolución. Fidel es la Revolución, porque además de su trascendental plataforma teórica y de un rico pensamiento revolucionario, fue capaz de identificar que el enemigo verdadero de la izquierda mundial es el imperialismo norteamericano, su política neoliberal y los impactos cada vez más directos que tienen en la pérdida de las conquistas sociales de las grandes masas de trabajadores del mundo.
Y ese pensamiento, esa base teórica de profundas convicciones fue la que, sin duda, dio luz a nuestra Revolución, que al margen de los problemas, las insuficiencias y las críticas que recibimos, continúa siendo para un grupo mayoritario de los países en el mundo un ejemplo de dignidad, soberanía, justicia social y de internacionalismo.
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