La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) estaba ayer colmada por miles de peticiones de asilo, las cuales deberían ser procesadas por su escasa plantilla de 60 personas y un presupuesto limitado. Solo del 2017 tiene pendientes solicitudes de casi 15 mil migrantes, cifra que hace cinco años no rebasaba las 500.
Por estos días miles de migrantes centroamericanos recorren la nación en busca de ingresar a territorio de Estados Unidos, pero en el duro camino no son pocos los que deciden acogerse a la oferta del Gobierno mexicano de darles refugio temporal mientras se analizan sus casos.
Una avanzada de las marchas de los migrantes cruzó Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, y hoy comenzó a arribar a Jalisco, para luego seguir hacia Tijuana, desde donde le queda mucho camino por andar aún en su ruta hacia la frontera de Estados Unidos con el estado de Baja California.
La Cancillería de México considera que “la caravana migrante proveniente de Centroamérica es un fenómeno humanitario inédito, que requiere del trabajo conjunto de todos los países de la región para responder a ella de manera integral y con una perspectiva de derechos humanos”.
En tanto, el Gobierno de Donald Trump dispuso 5 mil 200 efectivos fronterizos, entre militares y policías, para impedirles el paso a aquellos que buscan asentarse en EE. UU. para escapar de la miseria y la violencia que existe en sus países y que, precisamente, es provocada por la injerencia de las políticas estadounidenses en la región.
(Con información de PL y Telesur)