Con 76 años y vecina de Pedroso 10, entre Infanta y Cruz del Padre, en el Cerro, La Habana, Zenaida Gómez Vergara nos escribe para darnos a conocer que en mayo del 2014 solicitó un subsidio, al ser damnificada por un incendio debido a un accidente doméstico.
A ese subsidio le asignaron el número 673, y cada vez que preguntaba “nunca me decían por dónde iban los números de los expedientes. Daban excusas, y para que no preguntara más me decían “que todo estaba parado por falta de presupuesto”.
Ella denuncia que “a otros expedientes posteriores al mío les han dado el subsidio, es decir, entre los números 600 y 800, pero sin darme explicación por qué no al mío”.
Solicita que se investigue el asunto y pregunta ¿dónde está que no aparece?
Zenaida narra otras gestiones, pero todas la llevaban al mismo lugar. Nadie sabe nada. Nadie resuelve nada. Y…
“Lo más insólito —concluye— ahora me dicen que debo ir nuevamente a Vivienda para solicitar un nuevo subsidio y que no podía hacer otra cosa porque los expedientes del 2014 al 2017 habían caducado”.
En su primera solicitud de subsidio la atendieron tres funcionarias: Raiza, Ileana y Patria. Esta última llegó ahora a decirme que “podría mandar cuantas cartas quisiera e ir a ver a quien yo quisiera, que todo al final iba a parar a Vivienda, es decir, a sus manos”.