Hay teatros y funciones donde ahora mismo es muy difícil encontrar boletos disponibles. Mucha gente madrugó hace semanas para comprar las entradas y con todo, les fue complicado reservar las localidades que preferían. El ballet en Cuba — particularmente en La Habana— no es arte para élites, es expresión eminentemente popular. El festival que comenzó ayer mueve a miles de personas, que repletan las salas para disfrutar del arte de grandes compañías y primeros bailarines de todo el mundo.
La convocatoria siempre es significativa, pero en esta ocasión parece a la altura de las celebraciones: el Ballet Nacional de Cuba, compañía anfitriona, festejó justo este domingo su aniversario 70. Y el próximo 2 de noviembre se cumplirán 75 años del debut de Alicia Alonso en el rol que la inmortalizó (y que ella, como pocas, ha contribuido a inmortalizar): Giselle. La sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, donde tradicionalmente se presentan los grandes clásicos, acogerá una temporada especial de esa joya del ballet romántico. Será una de las propuestas de lujo de esta edición.
Pero es una entre muchas: el Ballet del Gran Teatro de Ginebra (Suiza) presentará en el teatro Mella una muy aplaudida puesta en escena a partir de la celebérrima Carmina Burana de Carl Orff, con coreografía de Claude Brumachon; mientras que el Ballet del Teatro Nacional de Praga subirá al escenario de la sala Covarrubias con un programa combinado donde destacan piezas de la tradición clásica.
Otra invitación de altos quilates en el Mella: las Estrellas del Ballet Americano, un elenco integrado por figuras de algunas compañías (fundamentalmente del New York City Ballet) que interpretará una selección de piezas emblemáticas del inmenso George Balanchine y de otros creadores del movimiento coreográfico estadounidense. De Estados Unidos también llega el Dance Alive National Ballet, y cuatro importantes bailarines del American Ballet Theatre (la compañía donde brilló Alicia Alonso a mediados del pasado siglo) se sumarán a las galas en el Gran Teatro.
El Teatro Danés de la Danza ofrecerá en la Covarrubias Siren, obra de un coreógrafo muy conocido en Cuba desde hace algunos años: Pontus Lidberg. Y el teatro Martí, que por primera vez es sede del Festival, recibirá a tres compañías españolas: la de Rafael Amargo, la de María Juncal y la Fundación Antonio Gades.
Como si fuera poco, habrá una constelación de estrellas de agrupaciones de América, Europa y Asia; y una agradabilísima sorpresa para los seguidores del ballet en Cuba: el reencuentro con algunos bailarines formados aquí y que decidieron hacer carrera en el extranjero. El público podrá ver, entre otros, a Rolando Sarabia, Jorge Vega, Lissi Báez, Javier Torres, Yanela Piñera, Camilo Ramos, Carlos Quenedith, Adiarys Almeida, Taras Domitro, Marizé Fumero, Daniel Sarabia…
Otros primeros bailarines cubanos se sumarán a la maestra Aurora Bosch en las Jornadas pedagógicas Fernando Alonso In Memoriam, que se desarrollarán en la Escuela Nacional de Ballet: Lorna Feijóo, Nelson Madrigal, Víctor Gilí y Osmay Molina. Todos integraron en algún momento el Ballet Nacional de Cuba y siguen siendo exponentes de la escuela cubana dondequiera que bailen o enseñen.
El XXVI Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso se extenderá hasta el 6 de noviembre. Y los muchos amantes de ese arte en la capital y en toda Cuba tendrán la oportunidad de disfrutar de las galas en transmisiones diarias en el Canal Educativo, a las 9:00 p.m.