Por segundo año consecutivo Anaisis Hernández estuvo en un campeonato mundial de judo sin entrar al tatami que tantas medallas le dio: bronce universal en Múnich 2001, plata olímpica en Beijing 2008, doble monarca continental, por solo citar algunos premios. Eso sí, apoyó con devoción y consejos a las selecciones cubanas y hasta una lágrima salió cuando vio a Idalis Ortiz en el podio por séptima ocasión.
Su presencia en Budapest 2017 y en Bakú 2018 se debió a su condición de alumna de la Academia de la Federación Internacional de Judo (IJF), un proyecto nacido en el 2013 para formar instructores, entrenadores y mánager, que luego podrán ser empleados por las federaciones nacionales o la entidad rectora de este deporte en el mundo para extender la práctica de la disciplina a naciones que lo requieran.
La cienfueguera es la única cubana hoy en el prestigioso centro y ha vencido dos de los tres niveles exigidos, por lo que está acreditada ya como entrenadora internacional para trabajar desde la categoría infantil hasta la de mayores. “Estoy ahora cursando la especialización, equivalente a un máster, que te habilita para ser supervisora o gerenciar clubes, centros de entrenamientos y eventos organizados por la IJF”, comentó satisfecha.
“Se estudian casi las mismas materias que damos en la Universidad de Cultura Física, pero con más exigencia y actualización. La forma de examinar es on-line y te dan los resultados al momento que lo realizas”, explicó la joven de 37 años, quien comparte su vida entre Cuba e Italia, a partir de su matrimonio actual.
“Tras aprobar las pruebas semanales (vía digital) tienes que ir a un país que decide la Academia para hacer la prueba final, que consiste en responder 70 preguntas de biomecánica, planificación y metodología de entrenamiento, bioquímica, entre otras asignaturas. Todo eso en una hora. Luego se hace una prueba técnica, en la que debes demostrar lo aprendido. Esto último es evaluado por profesores y directivos muy exigentes. El aprobado es 60 puntos y la máxima calificación 100.
“Ha sido un reto muy alto, pero he contado desde el primer momento con la ayuda de mi familia y también de la IJF para costear los viajes”, señaló Anaisis, esperanzada en que esos saberes pueda compartirlos en Cuba una vez concluidos sus estudios en el 2019, aunque ha recibido ya propuestas para dirigir equipos nacionales en diversos países africanos.
Potenciar la superación y estimular a una nueva generación de entrenadores de todo el mundo, ávida de un conocimiento profundo y científico sobre esta disciplina, son las ideas que impulsaron el titular de la IJF, Marius Vizer, a crear el centro, del cual se han graduado unos 500 estudiantes en los tres niveles de estudio y la matrícula actual asciende a más de mil 700 de 78 naciones.
Sin perder nuestro encanto
En un stand ubicado en el área de calentamiento, Anaisis fungía como promotora de la Academia para Latinoamérica en el reciente Mundial de Bakú, con explicaciones a varios países y entrenadores sobre la importancia de la capacitación y superación en una institución soñada por muchos desde inicios del siglo XX.
Y en medio de su labor no faltó el encuentro con sus otroras compañeras de selección y el seguimiento de los resultados. “Estoy muy contenta de apoyarlas. Algunas son muy jóvenes y lo necesitan, como también aprecio que deben ganar más en concentración. Maylín, por ejemplo, compitió muy bien, es joven y aunque perdió discutiendo el bronce sé que podrá llegar a medallas mundiales y olímpicas. También esperaba la actuación de Idalis. Conversamos mucho y es un orgullo verla subir otra vez al podio”.
¿Cómo se vive un mundial desde fuera del tatami?, me atreví a preguntarle a una protagonista en varios de estos eventos.
“Es un poco fuerte, porque siempre uno recuerda cuando estaba bajo la dirección del profesor Veitía y teníamos una vida del hotel a la competencia y estábamos centradas en ganar y ayudar a nuestras compañeras. Ahora uno puede ver otras cosas, cómo se organiza un mundial y cómo el judo puede ser el sentido de la vida de muchas personas, como lo es para nosotras”.