Como siempre lo hace cuando lo necesita, Raúl B. Santana Aguilar, de Ciego de Ávila, fue al cajero automático más cercano para extraer 200 CUP, correspondientes a parte de su pensión como jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Esto aconteció el 17 de agosto y cuando la máquina anunció que “podía tomar su dinero”, el cajero se apagó y segundos después anunciaba “cajero en mantenimiento”.
Hasta ahí todo bien, pero sucede que no le devolvió ni la tarjeta magnética ni el dinero. “Al cabo de una hora recuperé la tarjeta y sobre el dinero me dijeron que fuera al día siguiente, así como que me dirigiera al banco” que está frente al Coppelia de su ciudad y formulara la reclamación oficial, lo que hizo el 17 de agosto.
Allí se le informó que “se enviaría a La Habana y en pocos días se me acreditaría el dinero en mi tarjeta” y aquí comienza la historia real.
“Después de varias consultas de saldo y comprobar que el dinero no se acreditaba, al cabo del mes, el 16 de septiembre, volví al banco, por solicitud mía me atendió la gerente, le conté lo sucedido, comprobó mi reclamación registrada en sus libros y mi estado de cuenta en la computadora, me informó que se había reenviado a La Habana y que debía ‘esperar unos diítas más’ (palabras textuales)”.
Y concluye con las siguientes reflexiones. 1) No entiendo cómo se pone un cajero en mantenimiento en momentos en que lo está operando un cliente. 2) Ese dinero sobró y al día siguiente al realizar el cuadre esto debió saberse. 3) Debe existir un mecanismo ágil y fácil para que el cliente recupere su dinero, máxime cuando no fue por incorrecta operación del cajero, sino por problemas del sistema de entrega. ¿Y usted qué cree?
