Como en la pelota, todos los ojos están puestos sobre la zafra. En las calles de Guantánamo ya se sabe que el Argeo Martínez, único de la provincia, será el primero en despegar del país, sin embargo el juicio popular, implacable -y a veces- poco objetivo, no consiente que el deterioro de las condiciones climatológicas le haya arrebatado dos años el éxito del plan.
Bien lo saben los hombres del azúcar y por eso credibilidad y moral en juego concluyen las reparaciones, aprovechando con eficiencia recursos y materiales menos costosos a la economía, en función de garantizar la funcionabilidad y durabilidad de maquinarias y equipos con numerosos años de explotación.
“La industria azucarera no transita por la bonanza que una vez significó para Cuba y por tanto en la medida que podamos hacerla rentable, estaremos aportando y al mismo tiempo fortaleciéndola”, aseguró Bernardo González Griñón, secretario de la sección sindical de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Industria.
“El colectivo esta imbuido e inspirado, tenemos caña suficiente para superar el plan anterior que era de 33, 664 de las cuales se lograron cumplir sólo 16, 240 toneladas para un plan que se vio obligado a descender a 20, 373 producto de las lluvias que inundaron caminos, cañaverales e imposibilitaron la transportación y por consiguiente la terminación de la zafra.”
“Pensamos que la arrancada nos permitirá aportar la caña que dejamos de producir y el azúcar que se necesita actualmente. Se ha discutido en todos los colectivos y espacios, matutinos, mítines, teniendo en cuenta que de nuestro cumplimiento dependerá el azúcar de la canasta básica de la provincia y es posible que también apoyemos esa producción a los territorios de Santiago de Cuba y Holguín como lo hemos hecho en otras ocasiones.”
Por su parte Lorenzo Maceo Revé, pailero A del departamento de fabricación y presidente de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) comentó que el plan temático para sus 30 asociados crece constantemente y sin embargo no se amilanan: “todo el tiempo se buscan alternativas y soluciones.”
“Construimos bases de ventiladores, se repararon conductores y canales para evitar pérdidas de tiempo y paralizaciones una vez iniciada la zafra.”
“Hemos confrontado asimismo, demoras importantes de recursos que no dependieron de la capacidad de demanda y contratación de la empresa como el suministro de arena, o los 94 metros de cadena para esteras y cables de acero correspondientes al área del tren de engrane que ya entraron, otras limitaciones atañen al montaje de los molinos, que nos obligó a aplazar la prueba interna del 16 al 20 de octubre.”
“Asimismo, para el área de casa caldera, cuya reparación está por concluirse, tenemos compañeros de Santiago de Cuba con más de dos meses apoyándonos en la terminación de una tubería de 4 pulgadas y la bálbula de un tacho.”
El basculador es una las mayores inversiones que ha tenido el ingenio (4,5millones de pesos), mas para corregir las problemáticas que este causó en la zafra de 2016, la ANIR cogió el timón –según ellos mismos- “porque no pueden darse el lujo de esperar a que lleguen los recursos”.
Días muy largos, con turnos redoblados confirman el empeño que también incluyen reuniones y despachos con el objetivo de intercambiar sobre “aquello que falta, o lo que aun no se soluciona.”
Atrás quedan las resabios populares de la comunidad azucarera sobre si el central recibe mucha caña y es poco tragón, ahora aguzan la capacidad del plan diario de 3100 toneladas a factores exteriores como la maquinaria, lo camiones, las lluvias, atendiendo a que el ingenio traslada la caña desde zonas distantes (aproximadamente desde 20 km) y luego hacia cuatro centros acopios y la mesa alimentadora, ajetreos que esperan resarcir con el nuevo tren de engrane.
A pesar de que se trabaja en el programa cañero azucarero aún son discretos los rendimientos por hectáreas alcanzados en las unidades productoras y otra manera de favorecer la eficiencia agroindustrial fue restaurar 10 de las 16 alzadoras y ocho de las 11 combinadas KTP, más dos modernas CCA cinco mil, las cuales sufrían roturas continuas bajo las intensas precipitaciones de la zafra precedente.
Andrés Álvarez Blanco considera que lo más importante de un trabajo de innovación en un central azucarero es “que el trabajador sea capaz de ahorrar, sustituyendo importaciones con la incorporación de piezas de repuesto, tratando de que la industria salga adelante y produzca.”
Él es coautor junto a Maceo Revé de un nuevo montaje del circulador de guarapo, en cuyo proyecto realizaron la instalación de un mecanismo para la alimentación del jugo a los preevaporadores y vasos descartando a una tecnología en explotación desde hace más de 40 años. Esa iniciativa representó la adecuación de sistema que permite mediante una circulación más completa el ahorro de consumo del vapor hasta un 5 por ciento y por consiguiente generar energía eléctrica hasta 188.0 kw/hr, una cifra que adicionó 476.39 Mw durante los días de zafra efectiva el año anterior. También contribuyó a mejorar la calidad de extracción de la meladura inherente a la obtención de azúcar.
Miguel Pérez Rodríguez, jefe del área de generación de vapor explica que ahora laboran allí para “modificar todo el engranaje de un conductor de bagazo, cuyo rodamiento no está en el país, mientras otros compañeros laboran en el cambio de los diafragmas de la caldera de 25 toneladas que en los últimos años solo rinde unos 8 ó 9, todo en función del balance energético que tenemos programado con el montaje de un turbo generador nuevo, en pos de solucionar problemáticas del proceso fabril que es quien consume el vapor generado por nuestra área.”
No muy lejos de ese sitio, Yuset Orlando Sánchez Cutiño, trabajador del área de fabricación, compensa y da mantenimiento a las máquinas de coser saco del “piso azúcar “o almacén: “hice un trabajo de recuperación a una viela de la máquina mediante soldadura con metal patente que durante la zafra anterior permitió alistar la cantidad de sacos que generó la producción para su almacenamiento y distribución.”
“Al coloso le sobra vapor y ahora con una planta mas grande, genera más (6.2 megawatts) y es más eficiente, -dice Fermín Hernández Alba, destacado innovador- la finalidad es no desperdiciar, aprovechar mayor cantidad de vapor.”
Seis bancos de capacitores posee el CAI, los cuales facilitan que cuando no estemos en proceso de molienda, se haga cero el consumo de energía. No obstante también contamos con una buena cantidad de bagazo que esperamos utilizar para generar energía al menos diez días antes de la contienda, agregó Radamés Rancoll Rojas, energético de la industria.
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