La imagen muestra lo que queda de un contenedor de basura luego del vandalismo que cometió, o cometieron, personas que realmente no tienen la menor conciencia ciudadana.
No señalaré el precio de cada uno de estos recipientes, ni la necesidad que tenemos de estos equipos para mantener la ciudad limpia e higiénica, sino que denuncio la acción, perjudicial tanto para quienes cometen estas barbaridades como para sus familiares y vecinos.
Esta vez el contenedor sucumbió muy cerca de nuestro periódico, en plena Plaza de la Revolución, donde alguien, que no le importó estar a la vista de todos, prendió el fuego que lo dejó inservible.
Debemos estar al tanto de estas agresiones violentas en contra de la salud y la belleza de nuestro entorno. ¿Por qué no se evitó que el fuego terminara destruyendo este bien material?