En la avenida 42 y calle 65, un salidero de enormes proporciones despilfarra una cantidad incalculable de agua limpia y cristalina, sin que vecino alguno pueda aprovecharla y sin que el acueducto termine con esta situación, existente desde hace varios meses.
Así nos cuenta José Luis Montes de Oca, vecino de la calle 67, no. 4604, e/ 46 y 48, en La Juanita, en Cienfuegos, quien refiere que sus vecinos se hallan “angustiados por el estado decadente en que se encuentra el servicio de abasto de agua potable en su localidad”.
La angustia, evidentemente, se acrecienta con el agua que se pierde por el salidero ya mencionado pero, además, por el incumplimiento de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, al no cumplir con el suministro del vital líquido en días alternos durante dos horas.
Sucede, dice, que desde abril del 2014 comenzaron “los trastornos y afectaciones” en la entrega.
¿Y cuál es la situación actual?
Señala que el servicio nunca cumple las dos horas establecidas, sino que, con suerte, llega a minutos. A tal situación, añade, el abasto alternativo mediante pipas es igualmente precario, ya sea por roturas de esos equipos o la no disponibilidad de combustible.
Y precisa que eso ha provocado que “en mi localidad crece el número de cisternas, cada vez mayores, así como la cifra de depósitos por vivienda, además de acometidas ilegales, creadas a la luz del día y en la más completa impunidad”.
Todo ello, concluye, ha creado un sinnúmero de indisciplinas sociales. Algunos vecinos desbordan sus tanques y otros depósitos, o lavan sus carros ante la mirada atónica de sus desprotegidos vecinos.