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Díaz-Canel intercambia con cubanos residentes en Estados Unidos (+ Fotos)

Varias generaciones de cubanos residentes en Estados Unidos ratificaron el amor que siguen sintiendo por su patria durante un encuentro con el presidente del país caribeño, Miguel Díaz-Canel.

La Misión Permanente de Cuba ante la ONU fue el escenario donde este viernes personas llegadas de territorios como Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, California, Luisiana y Minnesota escucharon un importante mensaje del mandatario: “Contamos con ustedes. Somos Cuba”.

Fotos: Estudios Revolución

El fortalecimiento de los vínculos entre el país caribeño y sus nacionales en el exterior es continuo e irreversible, aseguró el jefe de Estado, quien en medio de una amplia agenda como parte de su participación en la Asamblea General de la ONU, tuvo ese espacio de diálogo con sus compatriotas.

Presentes allí estuvieron personas como Mariana Gastón, quien llegó con sus padres a Estados Unidos en 1961 y lleva décadas de activismo a favor de los vínculos entre la isla y su emigración; o jóvenes como Isabel Díaz, nieta de cubanos que nunca ha visitado la nación vecina, pero que asegura sentirse más cubana que estadounidense.

Creo que este es un momento de esperanza en medio de cuán desesperados estamos todos con este presidente de Estados Unidos, expresó Gastón en alusión al actual jefe de la Casa Blanca, Donald Trump.

La activista radicada en Nueva York, y una de las fundadoras de la Brigada Antonio Maceo en 1977, manifestó a Prensa Latina durante el encuentro que se sienten acogidos quienes siempre han deseado “ser parte de nuestra patria”.

Con respecto al hecho de que los cubanos en el exterior pueden participar en el debate sobre el proyecto de Constitución que se impulsa en la isla, Gastón sostuvo que eso significa un reconocimiento de la posibilidad de dialogar.

Díaz, por su parte, declaró que tras escuchar la intervención del mandatario se siente optimista con relación a una mayor unidad entre quienes viven en el país y fuera de él.

“Mi generación aún siente que estamos conectados con los cubanos que viven allá aunque no conocemos nuestra cultura como queremos”, expresó la joven de Nueva Jersey, quien aseguró que desea conocer “nuestra gente, nuestra patria”.

A su vez, Max Lesnik, residente en Florida, estimó que la gentileza de Díaz-Canel en recibir a los emigrados en Estados Unidos en medio de su agenda en la ONU es prueba de que Cuba es una nación inclusiva y no de confrontación.

Consideró que la presencia aquí del presidente, como antes la del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro; y la del primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, vuelve a ratificar la vigencia de la frase martiana “Con todos y para el bien de todos”.

Tal sentencia del Héroe Nacional de la isla, José Martí, “es la que nos une y la que será en definitiva la que cierre el sello del patriotismo, la dignidad y la soberanía plena de Cuba”, estimó Lesnik.

Entre los presentes en la cita de anoche, muchos de los cuales aprovecharon la ocasión para tomarse una foto con el mandatario, estuvieron cubanas de tres generaciones: Emelia Gutiérrez, nacida en la isla; y su hija Irene y su nieta Isabel Fernández, ambas oriundas de Cayo Hueso, Florida.

Siento un gran orgullo de que nos hayan invitado, yo tengo mis raíces, y sé que esas raíces ya no morirán, porque las he sembrado en mi hija y mi nieta como cubana y guajira (proveniente de una zona rural), dijo Gutiérrez a este medio.

En tanto, su hija sostuvo que aunque nació en Estados Unidos, se siente tan oriunda de la mayor de las Antillas como quienes habitan en ella.

“Todas las tradiciones, el idioma, la comida, toda la cultura de lo que es ser cubano, yo nací con eso”, destacó Irene, y ambas señalaron que visitan anualmente el territorio antillano en familia, como cuando asistieron el pasado 26 de julio a las celebraciones por el Día de la Rebeldía Nacional.

He ido a la isla más de 20 veces, indicó, en tanto, Susanna Kohly, quien apuntó que ser cubanoamericana la ayudó a sentirse parte de la historia de su familia y de sus orígenes. “Quiero conectar con ellos y mi pasado”.

 

Contamos con ustedes. Somos Cuba

Palabras del Presidente Miguel Díaz-Canel en el encuentro con los cubanos que viven en Estados Unidos.

Buenas noches, compatriotas:

Compatriotas. Venía pensando en esa palabra: compatriotas. Suena tan común cuando se está en la Patria y tan especial cuando se está lejos de ella. Me preguntaba si eso sólo nos pasa a los cubanos, por aquello que decía Martí sobre el misterio de ternura de nuestro gentilicio, de “esa dulcísima palabra: cubano…” o sólo nos pasa aquí, en territorio oficialmente hostil.

Aunque era un estudiante recién ingresado a la Universidad, recuerdo muy bien aquel primer contacto, por el documental “75 hermanos”, donde algunos de ustedes aparecen tan jóvenes que ahora cuesta identificarlos.

En la familia separada por la emigración, aquel diálogo tuvo un impacto tremendo. Y en los que no teníamos familia emigrada, también, porque cualquiera tenía una novia, un compañero de aula o un vecino que emigró a Estados Unidos, de manera que creo que nadie fue indiferente a aquel encuentro del que emergieron los primeros cambios trascendentales en la política migratoria cubana y en el tratamiento hacia nuestros nacionales en el exterior.

El objetivo fundamental fue entonces y sigue siendo hoy estrechar y fortalecer los vínculos con los cubanos residentes en el exterior.

La reunión fue 20 y 21 de noviembre de 1978, un período -de esos que siempre han durado poco en las relaciones con nuestro poderoso vecino- en que comenzaban a tener lugar discretos cambios en la política del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba.

A pesar de las dificultades, la tendencia a favor del entendimiento y los vínculos se fue imponiendo año tras año, con avances concretos.

La emigración dejó de ser políticamente homogénea y dejó de llamarse en bloque “exilio”, con el impulso de nuevos migrantes y nuevas generaciones de cubanos y muy a pesar de la corriente minoritaria y extremista que aún promueve la confrontación entre los cubanos residentes en el exterior y su patria.

Hoy, como en el 78, nuestro Gobierno quiere reiterarles la voluntad de continuar desarrollando un diálogo franco y amplio con nuestros connacionales en el exterior, sobre la base del respeto mutuo, del respeto a la soberanía y la independencia de Cuba y con el compromiso de poner fin al injusto bloqueo impuesto contra nuestro pueblo.

No olvido ni por un segundo el precio que debió pagar, incluso en vidas, la comunidad de cubanos residentes en Estados Unidos y en Puerto Rico, por abrir el escabroso camino, plagado de peligros y dificultades que nos ha traído hasta este momento. Y quisiera rendir homenaje, especialmente a los iniciadores y a sus mártires: Carlos Muñiz Varela y Eulalio Negrín Santos.

Desafortunadamente el hijo de Carlos, Carlos Muñiz Pérez, no pudo acompañarnos en la noche de hoy. Su padre fue asesinado en Puerto Rico, el 28 de abril de 1979, por promover el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, propósito por el cual los cubanos en el exterior continúan luchando.

Indispensable en un encuentro como éste la evocación de José Martí, artífice y promotor incansable de la unidad entre todos los cubanos, en función del objetivo supremo: la lucha por la independencia, la soberanía y la autodeterminación de Cuba.

Cuando se aproxima el 150 aniversario del inicio de nuestras guerras por la independencia y el 60 aniversario de la Revolución, volvemos a la historia nacional buscando interpretar sus resortes visibles y secretos y la unidad se nos aparece como el elemento central, determinante. Cada vez que falló, perdimos. Sólo cuando la blindamos, vencimos. Martí lo vio antes que nadie y fundó por eso un Partido para la nación, no dos ni diez para la pelea inútil que enfrenta y debilita.

Son esos aportes fundamentales de José Martí los que nos juntan en torno a su legado como nos reunieron a muchos de los que nos encontramos en esta sala a participar en el acto en que se develó la estatua ecuestre en el parque 13 de Marzo de La Habana Vieja, para rendir justo homenaje al aniversario 165 de su natalicio. Por pura coincidencia hace hoy exactamente 8 meses de aquel acto inolvidable.

Esa hermosa réplica de la estatua que existe desde hace muchos años aquí en Nueva York, sintetiza la pasión cubana por nuestro Héroe Nacional y que el proyecto llegara a feliz término fue obra de muchos, entre ellos algunos de ustedes, cubanas y cubanos residentes en los Estados Unidos. A todos los que de una forma u otra contribuyeron al éxito de tan bello propósito, les reitero nuestro agradecimiento.

Este encuentro es para nosotros, también, un sentido tributo al Líder Histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, principal artífice del fortalecimiento de los vínculos con los cubanos residentes en el exterior.

Su visión estratégica, continuada por el Primer Secretario Raúl Castro Ruz, nos llevó a promover la reforma migratoria más profunda realizada durante los últimos 60 años, piedra angular de la política de nuestro gobierno hacia sus nacionales en el exterior.

Permítanme confirmarles que el fortalecimiento de los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior es continuo e irreversible, como muestra de la continuidad de la Revolución y de la Unidad de la Nación.

Ejemplo irrefutable de esa continuidad y hecho inédito hasta hoy, es la decisión de que todos los cubanos en el exterior, sin excepciones, participen de manera activa y totalmente voluntaria en el debate sobre el Proyecto de nueva Constitución que los cubanos y cubanas queremos darnos para el presente y el futuro de la Patria.

Cualquier de ustedes que haya estado recientemente en el país puede dar fe de la extraordinaria movilización popular en torno a esa consulta. Y yo los exhorto a contribuir con sus opiniones al mejoramiento y desarrollo de nuestra Nación: soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

En Cuba decimos que “ninguno de nosotros solo sabe y puede tanto como todos nosotros juntos” y en ese todo los incluimos a ustedes.

Sólo el consenso de lo que aportemos todos, propiciará la construcción de una sociedad cada vez más justa e inclusiva y hará prevalecer la prédica martiana de que la “Ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.

La participación de los cubanos que viven fuera de la patria en este proceso de debate, es coherente con nuestra democracia participativa y un espejo del momento actual de nuestra historia, caracterizado, entre otros aspectos, por vínculos crecientes y diversos entre los cubanos residentes en el exterior y su país de origen.

En este punto, permítanme ejemplificar con cifras el impacto de ese proceso, que ha permitido el fortalecimiento de esos vínculos raigales entre la Nación y los cubanos que residen en el exterior, tomando como punto de referencia un antes y un después del 14 de enero de 2013, fecha en que se dieron a conocer un conjunto de medidas migratorias que funcionan con total normalidad y han tenido gran aceptación.

  1. A más de 5 años de su aplicación, continúa el aumento de salidas del país con pasaporte corriente, periodo en el que se realizaron 2 millones 674 mil 76 viajes por parte de nuestros nacionales.
  2. En paralelo, se aprecia un incremento sostenido en la entrada de cubanos residentes en el exterior, fundamentalmente desde territorio estadounidense. Desde el 14 de enero del 2013 hasta el 14 de enero del 2018 se registraron 2 millones 080 mil 043 entradas, de ellas, 1 millón 585 mil 575 desde los Estados Unidos.
  3. En el año 2017, 432 mil 786 entradas fueron desde ese país, cifra récord en este indicador. En los primeros siete meses del 2018, alcanzan las 301 mil 987, lo que significa un crecimiento del 20%, comparado con igual periodo del año 2017. A partir de esta tendencia es previsible que por primera vez en 2018 se rebase la cifra de medio millón de viajes de cubanos residentes en Estados Unidos a nuestro país.

Sin embargo, no será posible alcanzar relaciones totalmente normales en el ámbito migratorio hasta tanto el Congreso de este país abrogue o elimine la llamada Ley de Ajuste Cubano, que estimula la continuidad de un flujo irregular y restringe la posibilidad de los cubanos de obtener visas para visitar Estados Unidos y establecer contactos normales con sus familiares.

Estos datos son irrefutables y demuestran que hoy, los cubanos viajamos de manera creciente, no emigramos de manera masiva.

Este es el resultado de los pasos constantes y crecientes de Cuba en materia migratoria; a pesar de que, lamentablemente, desde el mismo triunfo de la Revolución cubana, el gobierno de Estados Unidos utilizó la migración desde nuestro país como punta de lanza de su política de agresión contra Cuba.

Hoy nadie discute que la inmensa mayoría de los cubanos en el exterior, y sus familias en Cuba, apoyaron y apoyan el proceso hacia la normalización de relaciones entre La Habana y Washington, iniciado el 17 de diciembre de 2014, interrumpido de manera unilateral por la actual administración estadounidense con la complicidad de sectores minoritarios pero extremadamente reaccionarios de la comunidad cubana en este país.

Tras el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba, firmado y dado a conocer por el presidente Trump el 16 de junio de 2017, en Miami, en un evento cuya insultante factura ofende la historia y la dignidad de nuestro pueblo, se ha retomado la vieja y fracasada fórmula de recrudecer el bloqueo y la subversión contra Cuba.

A lo anterior se agrega la suspensión de los servicios consulares en La Habana y la expulsión de un importante número de funcionarios diplomáticos cubanos en Washington y sus familiares, muchos de los cuales trabajaban en nuestro único Consulado en este país, con el consiguiente impacto negativo para miles de cubanos que requieren de esos servicios y las afectaciones a su derecho de viajar e incluso, de emigrar, si ese fuese su deseo.

Por nuestra parte, hemos reiterado la disposición a conversar con el gobierno de los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, así como a proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común.

Si el retroceso en las relaciones no ha sido mayor, como era el deseo de la ultraderecha anticubana, radicada en el sur de la Florida, y de algunos aliados dentro del Gobierno, todos interesados y beneficiados en mantener un ambiente de confrontación entre ambos países, se ha debido a la fuerte oposición de numerosos sectores y personalidades en los Estados Unidos, incluidos ustedes, que junto a otros cubanos que residen en diferentes países, pudieron constatar y recibir los beneficios de una relación diferente con Cuba.

Los exhorto a continuar trabajando por hacer cumplir la voluntad del 63% de los cubanos residentes en este país, los cuales abogan por el fin del bloqueo, según la más reciente encuesta de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), uno de cuyos autores es el profesor Guillermo Grenier.

Poniendo fin al bloqueo, estaríamos eliminando, sin lugar a dudas, el principal obstáculo al desarrollo económico de Cuba y a las relaciones con los Estados Unidos y con los compatriotas que aquí viven.

Al concluir el «Diálogo del 78», el Comandante en Jefe enfatizó a los participantes: “No se desalienten por la mala fe de alguien. No se desalienten jamás por las campañas, las intrigas, las mentiras, los insultos. Sosténganse en la convicción de que han hecho algo absolutamente correcto, lo más correcto que puede hacerse. Y estoy seguro de que tanto ustedes, como nosotros, nos sentiremos siempre satisfechos de este esfuerzo que en común hemos realizado”.

Las semanas y meses por venir, nos reservan la intensidad de la creación de una nueva ley de leyes, que ustedes han de enriquecer también con sus análisis y aportes. Juntos vamos a cumplir el anhelo martiano de una República con todos y para el bien de todos.

“Ese es el sueño mío –dijo el Apóstol en Tampa- el sueño de todos: las palmas son novias que esperan y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas.” Contamos con ustedes. Somos Cuba.

Muchas gracias.

(Con información de PL y Dominio Cuba)

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