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Silva: “soñé, busqué y luché mi medalla de plata”

Iván Silva, plata en 90 kilogramos del mundial de judo en Bakú. Foto: ijg.org
Iván Silva, plata en 90 kilogramos del mundial de judo en Bakú. Foto: ijg.org

Joel García, enviado especial

Bakú.— “Siempre he sido un soñador”, abrió el diálogo el judoca Iván Felipe Silva Morales sentado en el cuarto del Hotel Moderno mientras sostenía en la mano la medalla de plata mundial y la mascota del evento, entregadas tras su soberbia demostración de buen judo en la categoría de 90 kilogramos del XXXVI campeonato mundial de la disciplina, que se celebra en esta ciudad.

Rápido nos percatamos que junto al judoguis de la competencia descansa una licra roja que según confiesa el matancero es una cábala recién incorporada a su vestuario desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe. “Solo la uso para competir, no para entrenar y hasta ahora me han llegado con ella puesto grandes resultados”, y sonríe como si no comprendiéramos que muchos deportistas tienen siempre una prenda de vestir como talismán de medallas y premios.

Le proponemos un cuestionario lo más cercano posible a ese matancero de 22 años familiar y sencillo, que estuvo hasta la noche del domingo comunicado con su mamá Mircia Morales para recibir aliento, confianza y amor. “Ella me hizo chistes para aliviar las tensiones y recordaba que cuando entré al equipo nacional el primer atleta de la división era Osmay Cruz y yo le decía que le iba a ganar. Tú siempre fuiste desde chiquito así, atrevido y positivo, me dijo antes de dormir”.

¿Y cómo fue el amanecer de este lunes?

“El día empezó normal. Como paso trabajo para dormir por la noche si duermo al mediodía ayer no lo hice y a las 9:00 de la noche ya estaba descansando para dormir las horas necesarias. Sabía que el día iba a ser súper difícil, llegara a la instancia que llegara, con combates bien enredados, porque cada uno iban a ser finales en sí mismos.

Hagamos un recuento de cada combate muy rápido.

“Primero tengo que decir que solamente con el gabonés y el español había topado antes, al resto de mis rivales solo los conocía por videos. En el combate con el gabonés sabía que tenía problemas en newaza y ahí fue donde gané al inmovilizarlo. Al atleta de Ucrania, que no sabía que era campeón mundial juvenil del 2009, lo estudié porque era zurdo, incómodo. Al principio salí confiado, luego se fue complicando un poco y cuando me marcó un shido subí el ritmo y vencí por ippón”

“El libanés y se me hizo muy difícil porque tiene la misma postura mía y es fuerte. Salí a agotarlo y lo logré con mi buena preparación física. Después vino el japonés, que sí me estresó un poco. Me favoreció que fuera zurdo porque había trabajado bastante con los judocas de esa mano gracias a la ayuda de mi compañero Andy Granda”.

Hasta ahí se te vio perfecto, luego vendría semifinal y final

“En la semifinal contra el francés me la jugaba todo, porque era la posibilidad de asegurar una medalla, ya que si perdía iba por el bronce, que es bien difícil de obtener porque te puedes quedar sin nada en un abrir y cerrar de ojos. Vimos que venía usando muchas técnicas de sacrificios en los anteriores combates. Se lanzaba hacia atrás y hacia atrás. Conmigo trató de hacerlo también, pero se quedó medio desbalanceado y pude hacerla una técnica de brazos y grité. Cuando revisaron el video me sentí confiado, porque sabía que había sido ippón.

“Con el español había competido en dos ocasiones (una victoria para cada uno) y sabía por dónde iba dirigido el trabajo. Al marcarle wazari comencé a equivocar la táctica, y en lugar de tratar de terminar el combate (quedaban pocos segundos) lo que hice fue arriesgar y ahí sobrevino el empate. Luego en la regla de oro me sentí el rigor de la competencia, estaba un poco cansado y él aprovechó los mejores momentos para marcarme el wazari”.

Iván Silva, plata en 90 kilogramos del mundial de judo en Bakú. Foto: ijg.org

Sin dudas te ha venido muy bien ascender de 81 a 90 kilogramos

“El cambio de división era un problema hasta de salud. Realmente ya no podía con ese peso y en 90 ya he logrado cosas que no tuve en 81. Doble campeón panamericano, varias medallas en Grand Prix y ahora esta medalla mundial que me afianza entre los mejores de la división. Toca seguir trabajando para que lleguen más resultados como este”.

¿Qué significa este resultado para tus aspiraciones futuras?

“Acabo de sumar 1400 puntos para el ranking mundial y eso es muy bueno. Además, con este resultado los atletas te conocen más y por tanto saldrán distintos en lo adelante, me estudiarán más. Ahora mismo debo ser un punto de mira para varios competidores. Por tanto, solo queda esforzarme el doble y el principal objetivo será solo pensar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque hay Juegos Panamericanos de por medio y muchos Grand Prix o certámenes muy fuertes a los que espero ir.

¿El primer agradecimiento tras asegurar la medalla?

“Por supuesto para mi madre, mi novia Anaicha Álvarez, a mis entrenadores desde que empecé, a toda mi familia que han apoyado mucho: mis abuelas, mi papá. No olvides que provengo de una familia de boxeadores. Pero también tengo que agradecer a los atletas que me ayudaron. En los últimos tiempos trabajé con Jorge Pineda, judoca de 100 kg del equipo nacional, él también es parte de esta medalla”.

¿Qué no debe faltarle a un judoca de los 90 kilos para ser medallista mundial?

“Esta es una división en la que puede venir el número 30 del ranking y ganarle al primero. Eso da la idea de lo parejo que es, no hay nadie consagrado y tanto es así que nadie repitió en el medallero del mundial pasado. Por eso cada quien debe conocer sus características tácticas o físicas y utilizar lo mejor de ellas de acuerdo con el rival. Yo me baso mucho en mi preparación física y en el trabajo de piernas porque no soy tan fuerte como otros”.

¿Qué hay con el béisbol y ahora con el fútbol?

“Jugaba pelota cuando era niño, pero el judo me atrapó y cambié sin dudarlo. La cercanía al fútbol es tal que después que se acaba el entrenamiento juego mucho fútbol, casi una hora corriendo, haciendo sprint, cambios de ritmo, lo cual me ha servido bastante para la preparación física. Sigo todas las ligas de fútbol y juego en computadoras también”.

¿Cuánto ha influido Asley González en el desarrollo deportivo de Silva?

“Es un súper atleta, campeón mundial, subcampeón olímpico. De los mejores judocas que hemos tenido en Cuba. Y tenerlo en la división me ha hecho esforzarme el doble y el triple. Este año no participé en varios torneos porque iba él y eso es bueno porque me exigió trabajar más y esforzarme. Es una lástima que se lesionara hoy porque estaba también para medallas”.

¿Se le subirá la fama a la cabeza ahora a Silva con esta medalla?

“Para nada. Seguiré siendo el mismo, humilde y agradecido con todo el que siempre me dio un consejo, me apoyó y confió en mí. Fíjate que aprovecho para saludar a la peña La Salamandra, de Jovellanos, que siempre han estado atento a mis triunfos”.

¿Y lo que resta de Cuba en este mundial?

“Confío plenamente en la medalla de los tres que faltan (Kaliema, Idalis y Andy) y en el torneo por equipos vamos a darlo todo para estar en el podio. Estamos muy unidos y lo lograremos”.

Definitivamente este 24 de septiembre es el día más feliz de tu carrera deportiva

“Es el más feliz después de mi nacimiento. Siempre he sido un soñador, por eso soñé, busqué y luché mi plata, para Matanzas y para Cuba”.

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