El pasado primero de septiembre Yadián Martínez Pérez, lanzador de los Huracanes de Mayabeque, cumplió 23 años. Su paso por nuestras Series Nacionales se resumía en números discretos (siete victorias e igual cantidad de derrotas y 5,27 promedio de carreras limpias), sin embargo, en la actual temporada se ha convertido en líder de un staff que intenta hacer realidad el sueño de clasificar al conjunto a la segunda fase por vez primera.
Con cuatro éxitos y un revés en siete salidas como abridor, un whip de 1,13 y apenas 217 de average de sus rivales, el joven de Quivicán reconoce en el santiaguero Norge Luis Vera a su pítcher paradigma desde que era pequeño, en tanto sueña con ponerse muy pronto el uniforme del equipo Cuba.
¿A qué atribuyes tu buen paso este año?
Empecé el Campeonato Sub-23 muy bien, pero no pude terminarlo porque tuve una lesión en el codo. Realicé un buen trabajo de recuperación y al reincorporarme al equipo grande de la provincia no hice nada diferente, solo quizás más disciplina, concentración y escuchar cada uno de los consejos y enseñanzas que me dieron.
¿Quiénes han sido claves en tu desarrollo como jugador?
Debo agradecerle, en primer lugar, a Maximiliano Reyes (fallecido), porque aprendí mucho con él. Fue un pítcher muy grande en Quivicán, que hizo equipo Cuba y siempre me ayudó. También aprendí de un lanzador que estuvo hasta hace poco en el equipo de Mayabeque, Yanier Fernández. Siempre lo miraba y le preguntaba cosas y eso me ha servido.
¿Cómo logras la concentración con que se te ve en el box?
Si tienes un buen control ahí tienes el primer factor de concentración. Y pongo mucho énfasis en eso (19 boletos en 53,1 entradas). Lo otro es no hacer caso al público, dejarlo que te griten lo que ellos quieran, como me sucedió en el Latinoamericano.
¿Podrá ser este el año de la clasificación de Mayabeque?
Empezamos bien, luego resbalamos en una racha de seis juegos, pero las cosas nos están saliendo mejor ahora y lucharemos hasta el final por al menos llegar a los comodines. Es cierto que el pitcheo siempre ha sido nuestro Talón de Aquiles, pero nos hemos propuesto mejorar y lograr ese ansiado avance.
¿Hasta qué punto compartes la filosofía de que el lanzador tiene que batear?
Me inicié jugando segunda base en la categoría 9-10, luego en 13-14 fue que pasé a pitchear. A veces en algunas ligas locales todavía bateo. Considero que es muy importante aprender a batear porque como nos dijo el profesor Cortina en una conversación cuando fuimos a Pinar del Río, eso contribuye a pensar mejor cada envío. Definitivamente, para ser mejor lanzador hay que haber bateado alguna vez.
¿Aspiraciones y sueños a corto plazo?
De momento estar en la segunda etapa de esta Serie, sea con mi equipo o como refuerzo. Luego, quisiera ponerme la camiseta del equipo Cuba. Para eso me esfuerzo cada día, para ser grande.
¿Prefieres la función de abridor a la de relevista que tenías?
Desde que llegué al equipo era relevista, pero no me gustaba. Se lo dije al director y este año me dieron la posibilidad de ser abridor y lo aproveché. Considero que en esta función uno tiene más tiempo para recuperarse, lo cual no pasa cuando te traen de relevo.
¿Y la fama, cómo la asumes ahora?
Soy el mismo de antes. Converso y me llevo bien con todos mis amigos y con los nuevos que me paran por las calles. Sigo siendo el muchacho del Güiro Blanco, de Quivicán, allí está mi corazón.