La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) merece un espacio explícito en el Proyecto de Constitución de la República de Cuba. Esa certeza hace mucho tiempo ronda la mente de Dagoberto Rojas Pérez, el hombre que por 29 años estuvo al frente de la Escuela Provincial de Capacitación de esta organización sindical, en la occidental provincia de Matanzas.
El Máster en Ciencias de la Educación ojea el nuevo proyecto de Carta Magna y se detiene en el Título I: Fundamentos Políticos. “Considero que justo aquí, en el Capítulo I, sobre los principios fundamentales de la nación, debiera incluirse uno que aluda, que especifique a la CTC. Solo se menciona en el artículo 5 al Partido Comunista de Cuba, y en el 6, a la Unión de Jóvenes Comunistas, y luego, en el 14, se reconocen a otras organizaciones de masas y sociales. Mi propuesta es sacarla de este grupo y dedicarle el lugar que ella se ha ganado por mérito propio”.
Hay que recordar, argumenta, que “nuestra organización obrera no surgió ayer. Tiene más de ciento y tanto de años. Cuando se lee que en el año 1865 comenzaron a pujar las primeras acciones sindicalistas en Cuba y que después Lázaro Peña fundara en 1939 la Confederación de Trabajadores de Cuba, uno se da cuenta del tiempo que lleva luchando, aunque fue la Revolución cubana la que le dio el verdadero poder al movimiento obrero”.
Rojas Pérez, al frente del Grupo Provincial de Coordinación de la Capacitación en la CTC yumurina, asegura que “el movimiento sindical cubano y los trabajadores de este país tienen una alta responsabilidad. No por gusto Fidel Castro Ruz lo llamó la columna vertebral del país, y no solo porque transforman la economía, no solo por el tiempo de existencia, sino por la actuación que desarrolla el sindicato, sus afiliados.
“Incluirla explícitamente contribuiría con el respeto al trabajo, a la producción, a los trabajadores. Y se le haría honor a una CTC representativa de los casi 4 millones de empleados que mueven la economía, y que es, además, heredera de los más puros ideales de revolucionarios como Alfredo López, el propio Rubén Martínez Villena, Julio Antonio Mella y otros valerosos dirigentes”.