El 2018 se perfila como uno de los años más cálidos desde que existen registros, con temperaturas récord en muchos países, según advierte la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En diferentes regiones del planeta las olas de calor y altas temperaturas han provocado incendios forestales, al tiempo que la ocurrencia de intensas lluvias han causado grandes inundaciones y deslizamientos de tierra, todo lo cual ha derivado en la destrucción de amplias zonas y la muerte de numerosas personas.
La exposición al calor durante periodos prolongados del día y la noche tiene también una amplia variedad de efectos fisiológicos en los seres humanos, pues puede producir insuficiencias cardiovasculares, respiratorias y renales, así como diabetes, o resultar en muertes prematuras e incapacidad.
Según la OMM, los episodios de calor extremo, precipitaciones y sequías están aumentando como resultado del cambio climático causado por la concentración en la atmósfera de las emisiones de gases de efecto invernadero generados por la actividad humana, cuya progresiva reducción es la principal medida incluida en el Acuerdo de París, adoptado por las Naciones Unidas en el año 2015.
Aunque no es posible atribuir los numerosos y devastadores eventos extremos individuales de junio y julio últimos al trastorno climático global, estudios coinciden en que sí son compatibles con la tendencia general a largo plazo que ocasionan los dañinos gases.
(Con información de PL y Cubadebate)
