Asociamos el color a la pujanza de la vida, ignorando que la muerte también tiene sus colores… y que pueden ser también muy vivos. En la exposición Sink, que se exhibe en la Fototeca de Cuba, el mexicano Jorge Villarreal reúne fotografías en las que la selección y ubicación de los objetos deviene propuesta de marcada plasticidad y, al mismo tiempo, metáfora sobre el devenir de la existencia.
Cierta vocación barroca, tan cara a la cultura mexicana, encuentra en estas piezas hermosa concreción, pero el discurso trasciende la mera búsqueda de la belleza. Flores y mariposas, símbolos universales de la armonía, comparten espacio con elementos un poco más “conflictivos”: órganos humanos, huesos, sangre… Esa es la vida, en definitiva: sucesión de estados, diálogo contrastante. Las fotografías plantean no pocas paradojas: las flores que flotan en la leche son flores muertas; los tragantes de los lavaderos nos recuerdan que todo, al final, se irá por el caño.
Como apunta el texto de la tarjeta promocional de la expo, Sink se puede ver como un conjunto de altares; el imaginario elegido por el creador representa la vida experimentada, que está en constante evolución.
Jorge Villarreal ha realizado exposiciones en varios países, entre los que se destacan México y Estados Unidos. Se graduó de Bellas Artes y Fotografía en la Universidad de Texas. Su muestra estará abierta hasta septiembre.
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