La feria, que comenzó el pasado 6 de julio y concluirá el venidero 2 de septiembre, tiene como sede tradicional el céntrico Pabellón Cuba, donde hasta el pasado miércoles habían concurrido alrededor de 80 mil personas, entre ellas cerca de mil extranjeros.
Sin embargo, en comparación con convocatorias similares, como Arte para Mamá y Fiart, se aprecia menos asistencia del público, lo cual tal vez se explica por diversas razones. En la primera, numerosos visitantes buscan algún regalo para sus progenitoras, donde esta vitrina les ofrece variedad de artículos manufacturados con calidad y buen arte; mientras que el encuentro de diciembre, en Pabexpo, es muy frecuentado porque coincide con la celebración del Día del Educador y las festividades por el fin de año, en tanto son atrayentes las obras realizadas por nuestros artesanos artistas y las de los otros países participantes.
De igual modo hay que tener en cuenta que anualmente son mayores las ofertas que el Estado prevé para que las familias cubanas disfruten del verano, diversidad que no siempre presupone capacidad en el presupuesto hogareño para satisfacer las necesidades espirituales de cada uno de sus integrantes. Esta es una de las causas que justifican que muchas personas acudan a Arte en la Rampa solo para disfrutar de su extraordinario programa cultural, aunque buena parte de ellas aprovechan las propuestas que descubren allí para pertrechar a sus hijos con los bienes esenciales ante el inicio del nuevo curso escolar, solución que encuentran en el múltiple surtido de Artex, cuyos precios continúan siendo inasequibles para todos.
Pero el asunto de los importes de los artículos que se venden en este tipo de exhibiciones del FCBC es harina vieja de otro costal, pues aún no es posible establecer una correspondencia justa entre el salario real de la mayoría de los cubanos y los precios de los bienes que en estas se ofrecen. No obstante, es posible hallar productos utilitarios y decorativos con más calidad y menos costosos que los expendidos en el comercio por divisas.
Hay que reconocer que Arte en La Rampa es más que un encuentro de mercadeo. Sus múltiples programas culturales lo definen, con toda justeza, como una Fiesta de la Cultura, con presentaciones de libros, obras de teatro, agrupaciones musicales y solistas de primer nivel, espectáculos para niños y jóvenes, danza y artes plásticas, además de espacios dedicados a la música campesina, el folclore, y otras atracciones artísticas en las que prácticamente se involucran todas las entidades pertenecientes al Ministerio de Cultura, entre estas la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), el Centro Provincial del Libro y la Literatura, la Casa de las Américas, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos —representadas en esta feria—, y la propia Artex, cuya presencia en este evento es significativa por su participación en la organización, junto al FCBC, de diferentes ámbitos artísticos, tales como Encuentro con… y Por los Caminos del Arte; a los que se suman varias peñas consagradas a la trova, el jazz y las artes escénicas.
Los sábados y domingos a las 11:00 a.m. están previstos entretenimientos infantiles en el escenario central, mientras que en el Salón de Mayo ocurren promociones de producciones discográficas, libros y audiovisuales de todos los géneros.
Mención aparte merece la AHS, institución que no solo aporta su espacio para acoger a Arte en La Rampa durante cada período vacacional, sino también interviene en la preparación y desarrollo de esta cita devenida imprescindible dentro del variopinto panorama de nuestra cultura, cuyos exponentes encuentran asimismo un escenario primordial de promoción y confrontación con el público.
Por eso, lo más importante, desde el punto de vista sociocultural, no es cuánto vendieron los artesanos artistas instalados ahora en los más de 110 stands ubicados en el Pabellón Cuba, ni cuánto recaudó el FCBC, aunque bien se sabe que la mayor parte del dinero que por esta vía ingresa a esa institución se revierte en el desarrollo cultural de la nación y en la enseñanza artística, que bien lo necesitan. Lo más significativo de Arte en La Rampa es su cada vez mayor compenetración con la familia cubana, en beneficio de su enriquecimiento espiritual, en el sano y noble interés por ofrecerle un gran abanico de lo mejor del arte y de la cultura, con especial énfasis en los niños y los jóvenes, a través de un diseño que abarca diferentes horarios de todos los días de la semana, excepto los lunes, que recesa sus actividades.