La empresa estatal socialista como sujeto principal de la economía nacional destaca entre los temas tratados por los trabajadores del Complejo Hotelero Neptuno-Tritón, en esta capital, en su asamblea para el debate del Proyecto de Constitución de la República de Cuba.
Cristóbal Díaz, director general de la entidad, fue el primero en intervenir, y llamó la atención sobre el contenido del Artículo 26, que en su opinión debe pronunciarse por una mayor autonomía en la administración y gestión de las empresas estatales, y en la propia toma de decisiones.
Decidir destinar una parte de las utilidades para emprender alguna reparación necesaria en el inmueble o para estimular a nuestros trabajadores, no lo podemos hacer desde aquí y en verdad una mayor autonomía se impone, para bien, incluso, de los resultados económicos, por el incentivo que suponen, significó.
Sobre ese tema y con igual preocupación se manifestó Sara Cutiño, jefa de recepción del Complejo, y añadió que, hoy por hoy, para todo o casi todo la organización de base debe consultar y esperar la autorización del grupo empresarial, lo cual en definitiva resta inmediatez y lastra la eficiencia en la administración y gestión.
Esa misma trabajadora pidió la palabra, además, para sugerir que, aunque el Artículo 21 señala que el Estado estimula las formas de propiedad de carácter más social, no puede desentenderse del sector privado, que precisa ser dotado de un marco legal adecuado, para impedir malas praxis y violaciones, incluso de los derechos de esos cientos de miles de trabajadores que ya agrupa.
Otro integrante del colectivo del Neptuno-Tritón, Roberto Luis Trujillo, fue enfático al proponer que al párrafo final del Artículo 70, que señala la obligación de los hijos de respetar y atender a sus padres, se añada que no importa para ello si estos últimos reciben o no alguna pensión ni su cuantía.
En materia de derechos individuales, Faustina Obita, camarera de habitación, propuso otra adición al Proyecto de Carta Magna de los cubanos, en este caso en el inciso F del Artículo 48, de manera que de la prerrogativa de recibir asistencia jurídica para ejercer su defensa, pueda hacer uso cualquier persona desde el momento en que es detenida.
A esa propuesta añadió una duda razonable (a juzgar por los rostros y los gestos de asentimiento de sus compañeros) acerca del porqué un ciudadano que interpone una demanda, solo puede nombrar un abogado que lo represente cuando la Fiscalía desestime el caso.
La de este jueves fue una tarde sui generis en el Neptuno-Tritón, que no detuvo sus operaciones, pero cuyos trabajadores hicieron un tiempo para reflexionar y no desperdiciar la oportunidad que para pensar y construir el futuro, ofrece este ejercicio de democracia que es la discusión del proyecto de Constitución. (Tomado de ACN)