En Santiago de Cuba se organizan diversas acciones para recordar el natalicio de Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución cubana, quien el próximo lunes estaría cumpliendo 92 años y cuyos restos mortales descansan en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia de esta ciudad.
Hasta la piedra que guarda sus cenizas llegarán el próximo 13 de agosto mujeres y hombres del pueblo para rendirle espontáneo tributo, tal y como sucede diariamente, pues el sitio es testigo del paso permanente de cientos de cubanos, y personas de otras partes del mundo, que acuden hasta allí con flores en la manos para expresarle infinito respeto y cariño.
Desde inicios de esta semana comenzaron a desarrollarse diversas actividades en homenaje al natalicio del Comandante en Jefe, muchas de estas en los más de 200 centros laborales de la provincia de Santiago de Cuba que fueron inaugurados o visitados por él.
Conversatorios, siembra de árboles maderables y frutales, presentaciones de artistas aficionados, embellecimiento de sitiales dedicados a realzar su legado, son algunas de las cuestiones que se materializan con la participación de las administraciones y la dirección sindical de cada centro.
Entre los sitios santiagueros inaugurados o visitados por Fidel figuran el Centro de Biofísica Médica, la fábrica de equipos médicos Retomed, la emisora de radio CMKC, el hospital infantil Sur, el hotel Santiago, el teatro Heredia, la industria deportiva, la plaza Antonio Maceo, el poligráfico Abel Santamaría, entre otros.
Del mismo modo, en museos, centros culturales y en diversas comunidades de la ciudad y la serranía, se hacen presentaciones de libros, premiación de concursos de literatura y dibujo, e inauguración de exposiciones relacionados con la vida y obra de Fidel Castro Ruz, con la participación de personas de todas las edades, en especial niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
La provincia de Santiago de Cuba es uno de los territorios del país en los que con mayor recurrencia ha estado la presencia física y la impronta de trabajo de ese cubano universal, quien desde muy pequeño residió y estudió aquí, terruño al cual regresó tiempo después para asaltar el cuartel Moncada, desarrollar la lucha armada en las montañas de la Sierra Maestra y, finalmente, declarar al mundo el triunfo de la Revolución desde el balcón del Ayuntamiento de la ciudad cabecera.