María Elena Cruz Friol es la única delegada directa de la Atención Primaria de la Salud en todo el país al XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.
Enfermera de profesión, con estatura baja, ojos achinados y una tez negra que reluce a pesar de los años, dedica su vida a la recuperación de los pacientes en el Departamento de Quemados del Policlínico Universitario Raúl Sánchez de la capital provincial de Pinar del Río.
Entre sus múltiples labores y conocimientos, el ámbito sindical ocupa un espacio importante para esta mujer que muchos catalogan como incansable.
“Siempre estuve implicada en las actividades del sindicato porque dicen que tengo poder de convocatoria. En el 2011 y hasta el 2014 asumí la responsabilidad liderear a todos los afiliados, que incluye al personal de atención de salud de la prisión y del hospital materno.
“Fue un período muy difícil pero muy bonito. Recibí mucho apoyo de la CTC y la administración. Aprendí muchas cosas en los cursos de formación sindical, pero mi principal escuela fue el trabajo en la base. En la actualidad continúo implicada porque no he podido separarme del movimiento sindical”.
Al enterarse que su nueva misión era elevar la voz desde la base al Congreso las lágrimas corrieron por sus mejillas. “Es lo más importante que me ha ocurrido en el ámbito laboral”.
Ahora no faltan quienes interrumpen su paso para darle indicaciones, recordarle lo más importante, llamar su atención con relación a cosas que no pueden faltar por decir.
“Lo más frecuente es el debate en torno a la edad de jubilación y el salario seguidos por los precios del uniforme del personal de la salud, la cantidad de papeles que deben llenarse en los consultorios, la falta de materiales y la frecuencia de trabajo, pues solo tenemos libres los domingos”.
María Elena Cruz Friol es una mujer común, con una trayectoria admirable. Una de los tantos profesionales de nuestro país que aspira a un futuro mejor. Una voz que multiplica muchos sentimientos.