Hoy se cumplen 142 años de la muerte, en una zona cercana a la localidad de Yaguaramas, actual provincia de Cienfuegos, de Henry M. Reeve, El Inglesito, toda una leyenda de la lucha insurreccional por la independencia de Cuba.
Nació en Brooklyn, Nueva York, el 4 de abril de 1850. Sus padres fueron Alexander Reeve, ministro presbiteriano de elevado espíritu caritativo y Maddie Carrol.
Según relata el historiador René González Barrios en la edición del periódico Granma del 4 de agosto de 2016, atraído por los ecos de la guerra en la mayor de las Antillas, a principios de 1869 se puso en contacto con la Junta Revolucionaria Cubana en su ciudad natal y ofreció sus servicios. El 11 de mayo de ese propio año desembarcó por la bahía de Nipe en la expedición del Perrit, bajo las órdenes de su compatriota, el General Thomas Jordan.
Reseña el investigador que dos días después resultó herido en el combate de El Ramón y posteriormente en el de Canalito. “Admirado por fu fiereza, Jordan exclamó entusiasmado: ‘…den un rifle a ese muchacho que es más valiente que Julio César’”, afirma en su texto.
Posterior al ataque sin éxito al campamento español de La Cuaba, en Holguín, al retirarse, se extravía Reeve y cayó en una emboscada enemiga, otra vez herido de bala. Todos los prisioneros fueron fusilados en masa y sus cadáveres abandonados. Ninguna de las cuatro heridas recibidas por el joven norteamericano, dos de ellas en la cabeza, fueron mortales.
Vagó sin rumbo durante dos días hasta que patriotas cubanos lo encontraron y condujeron al campamento al mando del Brigadier Luis Figueredo, en el Mijial. Después de ese acontecimiento solicitó permiso para entrevistarse personalmente con Carlos Manuel de Céspedes.
No lo logró, pero fue presentado ante el General Ignacio Agramonte, quien le asignó los grados de teniente y el derecho a formar parte de la caballería camagüeyana. Desde ese momento, Henry Reeve sobresalió en la manigua redentora. Así lo demostró en el rescate del General Julio Sanguily y en muchos otros combates.
En 1873 le proponen al presidente Céspedes ascender a El Inglesito al grado de Teniente Coronel.
Al morir en combate el General Ignacio Agramonte, en Jimaguayú, el 11 de mayo de 1873, llegó a Camagüey el Mayor General Máximo Gómez, quien escribió en su diario de campaña: “(…) el Teniente Coronel Enrique Reeve, es muy digno de ocupar puesto más elevado. Su valor a toda prueba, infatigable constancia en el servicio de la causa lo hacen un cumplido militar; que le adueñan de la justa consideración y simpatía de sus superiores y subalternos”.
La Cámara de Representantes decidió con posterioridad ascenderlo a Brigadier. El 20 de junio de 1874 el General Gómez lo puso al frente de la primera división del Segundo Cuerpo del Ejército Libertador. Cuando el Generalísimo invadió Las Villas, Reeve quedó al mando de las fuerza en Camagüey.
El 4 de agosto de 1876, en una zona llana muy próxima a la localidad de Yaguaramas, Reeve, con solo 26 años y muy afectado físicamente por las heridas sufridas en los combates, enfrentó junto con unos 100 mambises a una columna española más numerosa y mejor armada. Dada la fuerza desigual y la imposibilidad de la victoria, ordenó la retirada. Recibió otras tres heridas de bala, pero con el machete en una mano y el revólver en la otra enfrentó a quienes intentaban hacerlo prisionero. Ya sin posibilidades de escapar se quitó la vida con un disparo en la sien.
En el lugar donde murió se levanta un obelisco en su memoria. Hoy, bien temprano en la mañana, autoridades y ciudadanos de la provincia de Cienfuegos le rindieron justo homenaje a quien fuera ejemplo de coraje y valor.
El Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, constituido el 19 de septiembre de 2005 en La Habana por el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro, lleva el honroso nombre de Henry Reeve, El Inglesito.