Barranquilla.- Cuatro judocas cubanos bajaron campeones de los tatamis del Colegio Marymount en la última jornada de las competencias individuales y aseguraron mantener la supremacía de este deporte en la región, ahora con mucho más oposición y una larga interpretación sobre qué impidió mejor cosecha dorada.
El matancero Iván Silva (90 kg) superó su plata de hace cuatro años al imponerse por wazari ante el dominicano Robert Florentino, un rival que lo había vencido hace muy poco en su tierra, pero con el que hizo ahora una pelea muy inteligente, atacando siempre las piernas y no dejándole la iniciativa.
“Estoy muy contento porque es el resultado que aspiraba desde que subí a esta división, donde ya estoy completamente adaptado y quiero llegar a ser el mejor del mundo”, señaló el también subtitular de los Juegos Panamericanos, quien irá en septiembre al campeonato mundial por su primera presea en esas lides.
La faena de títulos la continuó Kaliema Antomarchi, una de las judocas que sudó más en el calentamiento que en el combate, pues a la boricua Francelis Sánchez le dio ippón en 13 segundos, a la mexicana Debanhi Ochoa en 36 (wazari-wazari) y a la venezolana Karen León en 31.
Tras las primeras felicitaciones declaró: “Cuando gano siempre pienso en mi mamá, en mi esposo, en mi abuela, en mi familia en la pareja que me ayudó en los entrenamientos, pero hoy pensé especialmente en mi papá, a quien perdí hace dos meses y sé que estaría muy orgulloso de este oro”.
La tensión subiría entonces en la instalación con el segundo duelo entre cubanos y dominicanos en esta fecha, esta vez en los 100 kilogramos entre José Armenteros y Lewis Medina. El antillano fue amonestado par de veces y cuando todo parecía que habría regla de oro, el quisqueyano le marcó wazari y se colgó un título que ni él mismo lo consideraba en sus cálculos.
“Le había ganado meses atrás, pero sé de la calidad de Armenteros, subcampeón mundial y campeón en Veracruz 2014. Pude cumplir la táctica de pelea que trazamos y salió el éxito, sin dudas, el más alto de mi carrera deportiva”, argumentó el nuevo monarca.
La escena quedaría lista entonces para las divisiones más pesadas. El turno de Idalis Ortiz (+78 kg) contra su más enconada adversaria de la región, la puertorriqueña Melissa Mojica abrió un compás de espera a partir de la derrota de la dorada olímpica de Londres 2012 en junio pasado ante la boricua.
Tras salir delante con dos shidos, Mojica le volvió a enredar el pleito y logró emparejarlo hasta extenderlo a regla de oro, donde Ortiz practicó su mejor técnica y con wazari perfecto sacó su segundo título centrocaribeño y mantuvo intacto el dominio cubano en esa división desde el triunfo de Olga Quesada en 1986, seguido por los de Daima Beltrán (1990,1993 y 1998) e Ivis Dueñas (2006).
“Reconozco que no estoy al 100 %, pero este oro se lo debo a mi pueblo y no los iba a defraudar”, reconoció la artemiseña, que al valorar los apenas dos oros sacados por su equipo reclamó apoyo del organismo deportivo para más competencias internacionales y volver a recuperar el nivel que siempre han tenido.
El cuarto cetro entre ippones lo aportó Andy Granda (+100 kg), quien apenas realizó par de peleas y no tuvo contrario que le hiciera sombras, ni siquiera el dominicano José Nova, a quien le venció por ippón en menos de un minuto. “Cumplí lo que me comprometí y aunque el nivel del área ha aumentado, ratificamos que seguimos siendo potencia y mañana en el por equipos lo verán de nuevo”, comentó.
Este jueves concluye este deporte en el mismo escenario con la competencia por colectivos, en la cual nuestras dos selecciones salen como favoritas.