Ahed Tamimi, la joven palestina que a finales del 2017 abofeteó a dos soldados israelíes, fue liberada junto a su madre (Nariman al Tamimi) tras casi 8 meses de prisión durante los cuales se hizo viral el video que sirvió de prueba acusatoria y la ha convertido en un ícono de la resistencia de un pueblo.
En conferencia de prensa ofrecida este domingo la joven, quien horas antes fue recibida por el presidente palestino Mahmud Abbas, habló de los horrores sufridos en prisión, destacó el rol de la mujer palestina en la lucha y llamó a no cesar las protestas por la Marcha del Retorno que desde hace varios meses conmueve la frontera con Israel.
El audiovisual fue grabado el pasado 15 de diciembre en Nabi Saleh, una aldea de la ocupada Cisjordania. Muestra a la adolescente expulsando a empujones a una pareja de soldados israelíes de los predios de su casa, los patea y abofetea en una acción a la que luego se suman otras dos mujeres y un niño.
Las imágenes fueron transmitidas por las redes sociales y dos días después la adolescente, que entonces tenía 16 años, fue arrestada por fuerzas israelíes en una operación nocturna. La madre corrió igual destino cuando acudió a la comisaría para preguntar por su hija.
El video fue entonces publicado y debatido en los principales medios de comunicación del mundo.
Bassen al Tamimi (padre), también activista contra la ocupación, organizó una campaña en internet por la liberación de su hija y obtuvo 1,7 millones de firmas de respaldo.
El rostro juvenil de Tamimi, con cabellos indómitos como su espíritu mismo, apareció en fotos, volantes, murales y carteles callejeros. Se convirtió así en una figura pública, en un símbolo de la resistencia cotidiana contra la ocupación israelí, particularmente la de jóvenes y mujeres.
A la chica y a su madre les fueron imputados 12 cargos, entre ellos asalto, incitación a la violencia y lanzamiento de piedras. En marzo, aceptaron declararse culpable de algunos de ellos. Desde el inicio de las investigaciones Ahed reconoció haber atacado a los soldados por dispararle en la cabeza con una bala de goma a su primo Mohammed, de solo 15 años.
La joven fue sentenciada por incitación y agresión con agravante, entre otros, y Nariman por incitación, además de otros cargos. Ambas debían cumplir ocho meses de prisión en la cárcel de Sharon y fueron liberadas a los siete meses y dos semanas.
Según ha trascendido, cuando Ahed tenía 11 años reaccionó con igual firmeza frente al arresto de su hermano mayor. En esa ocasión fue filmada amenazando de golpear con el puño a un soldado. Unos tres años después mordió a otro que intentaba detener a su hermano menor.
Tamimi es ciertamente una heroína. Su familia es un símbolo, un ícono, el resultado de la cultura de resistencia y violencia que Israel ha fomentado en Palestina y que tal como la joven declaró ante la multitud que la esperaba en su aldea natal: “continuará hasta que la ocupación termine”.