Barranquilla.- Para quienes no lo conocen en la Villa Centroamericana pasa desapercibido con su ropa deportiva, sus audífonos y gorra azul. El saltador Juan Miguel Echevarría toma impulso para debutar en citas regionales como uno de los títulos más seguros de Cuba, en lo que pudiera ser un auto regalo por los 20 años que cumplirá el 11 de agosto.
Atrás han quedado una pequeña molestia, los días de preparación y toda la atención del mundo atlético, que lo considera la nueva sensación universal de esta disciplina, a partir de su dorada en el campeonato del orbe bajo techo de este 2018 y sus formidables marcas de 8,83 y 8,68 en el pasado mes de junio.
El camagüeyano accedió a conversar con la prensa cubana con tranquilidad y seguridad propias de quien trabaja por superarse todos los días, sin importar el rival de turno. No escondió su deseo de borrar la marca de 8,45 impuesta por Iván Pedroso en 1998, última vez que un cubano ganó esa especialidad.
Ya entrenaste aquí, ¿qué tal las condiciones de la pista y el clima?
“La pista está bastante buena. He competido en Colombia varias veces y por suerte, aquí son bastante rápidas y se puede saltar bien. El clima nos favorece en algo porque estamos acostumbrados a este calor, muy parecido al de Cuba. Me siento muy bien en Barranquilla y espero cumplir con mi propósito y continuar haciendo lo que he hecho hasta ahora”.
Cómo controlar las emociones en una prueba tan emotiva
“Las llevo bastante bien. He ido aprendiendo a controlarlas. No me precipito ni desespero con cada salto, siempre trato de hacer lo que indica mi entrenador. Y estoy muy contento cuando veo a la gente disfrutar mis espectáculos y las buenas competencias”.
Hace poco pudiste conversar con Iván Pedroso, nuestro múltiple monarca en esta especialidad y el recordista mundial Mike Powell ¿Qué te aconsejaron?
“Iván me dijo cosas que tenía que hacer y que me faltan, como es lógico, por mis 19 años. También me recordó que para lograr grandes marcas debía centrarme en algunos pocos detalles y nunca perder la cabeza. Powell me felicitó por los grandes resultados porque estaba siguiendo varias de las competencias en que había participado”
Desde hace 20 años no se gana el salto largo en estos juegos regionales, con récord de Pedroso de 8,45. ¿Podrás romperlo?
“Quizas si, quizás no. Por las condiciones en que me encuentro estoy un poco más confiado, pero lo importante es afrontar la competencia como otras. Solo trataré de hacer lo que he venido haciendo hasta ahora. No debe ser una marca muy difícil de romper, pero lo importante es asegurar el oro.
“Además, nunca he pensado en los récords. Si van a salir saldrán a su debido tiempo. Solo trato de mejorar poco a poco, y tener una buena preparación física para lograr una longevidad deportiva”.
¿En que estás trabajando para perfeccionar tus saltos?
“Mejorar la carrera de impulso, que la tengo bastante buena; mejorar la técnica, que me faltan algunos detalles en el despegue; y en la fase de vuelo estoy incorporando un movimiento nuevo este año que es bastante difícil. Son detalles, pero determinan medallas”.
Eres un atleta que ha sobresalido también por remontar diferencias. ¿Cómo logras enfrentar esos momentos?
“Eso viene mucho con el aspecto psicológico y de concentración, en los cuales he trabajado mucho, porque antes me afectaba y tenía problemas. No controlaba la ansiedad, salía a lo loco. Ahora nunca salgo a buscar la marca anterior que tenga, sino veo lo errores que tuve en el salto anterior y trato de mejorarlo.
“La motivación mayor para esos momentos de remontadas me la da el público. Me siento contento cuando la gente disfruta el espectáculo. Debido a esto también están saliendo los resultados”.
¿Y la rivalidad con Luvo Manyonga, el rey hasta que llegaste?
“Es un duelo bastante fuerte, pero no lo veo como rival. Tengo apenas 19 años y dentro de mis ídolos estaba él. Cuando compito contra él no es mi adversario, sino una de las figuras que me está llevando a crecer y una de las principales personas que está logrando que yo tenga grandes resultados. Los dos disfrutamos las competencias”.
¿Se acercan los nueve metros para Juan Miguel?
“Quizás sí pudiera salir, o quizás un récord del mundo u otra marca de 8,80, que son marcas bastante lejos, de “extraterrestes”. Pero el trabajo que tengo con mi entrenador es para llegar en la mejor forma a los Juegos Olímpicos de Tokio. Y ese es un trabajo que empieza desde ya, porque no podemos pensarlo en el 2020. Estamos trabajando por una medalla olímpica, que es también algo bastante difícil, pero no imposible”.
Finalmente, el atletismo cubano tiene una alta responsabilidad en estos Juegos. ¿Cómo lo asumes tú desde tu liderazgo en ese equipo?
“Somos los más numerosos de la delegación, pero hay muchos muy jóvenes, entre 20 y 25 años como yo. Hay otros de más experiencia que pueden aportar mucho porque ya saben lo que es competir en estos Juegos.
“El número de títulos que aspiramos es alto y tener varios atletas debutantes y sin experiencia complica las cosas, pero tenemos la mayor disposición de buscar ese resultado y que el país se sienta orgulloso de su atletismo”.