Una joven obrera nombrada Katia, portadora del color y el sabor exquisito de la piña MD-2 si de alta productividad se trata, comenta con sus compañeras: “Debemos madrugar como de costumbre en la venidera jornada porque tenemos el compromiso de cumplir la norma diaria en homenaje al 26 de Julio”.
Intenso laboreo en sofocante verano y en días feriados observa Trabajadores al reencontrarse con el colectivo de la fábrica de conservas Che Guevara, perteneciente a la unidad empresarial de base de producción de piña, al sur de la provincia de Ciego de Ávila.
Y lo prometido no deviene deuda. Los conserveros vencen la meta del día. Una prueba más, junto a la exportación de la fruta fresca hacia el mercado europeo, para demostrar que se potencia un negocio que surge en tierras avileñas por los años 30 del pasado siglo, cuando terratenientes cubanos introdujeron el cultivo aprovechando la caída de las producciones en tradicionales países exportadores hacia los Estados Unidos.
La Reina de las Frutas se siente hoy reanimada con el amor que les profesan Carmelina Monje, Doralina Reyes, Raidel Pérez, José Mendoza, Eguar Diaz, Julio César López y los demás integrantes de esa minindustria que recibieron en el 2017 la placa Che Nuestro y la Bandera de Vanguardia Nacional.
Ellos muestran resultados notables en el primer semestre del presente año: el plan de producción supera el 214 % de cumplimiento, sobrecumplen así la elaboración de segmento y néctar de piña, mermeladas de mango y guayaba y otros dulces enlatados. Por otra parte, materializan al 231 % las ventas planificadas.
La Reina anda erguida. Decenas de hojas vigorosas, con agudas espinas la rodean. Pero los obreros, acostumbrados al trabajo duro, responden laboriosos ante las hincadas y logran desprenderla del trono. Mientras los conserveros, celebran con el néctar del trabajo en su fiesta productiva con motivo del aniversario 65 del Día de la Rebeldía Nacional, convierten la piña en alimentos para el pueblo.