Quizás en gratificación a sus sacrificios y acciones heroicas, la vida acaba de hacerle un regalo: cumplir 100 años con lucidez plena y espíritu alegre. La cienfueguera Carmen Ramona García Arce ─ simplemente Carmita para los que la conocemos y admiramos─ luchó contra la tiranía de Fulgencio Batista y nunca ha dejado de batallar en favor del proceso revolucionario cubano.
En la celebración del centenario, a la que asistieron dirigentes del Partido Comunista de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, familiares, allegados y amistades, recordaron que su participación clandestina inició en junio de 1951, cuando llegó a laborar como enfermera en la consulta particular del doctor Serafín Ruiz de Zárate, quien estuviera al frente del Movimiento 26 de Julio en la entonces provincia de Las Villas y fuera el primer ministro de Salud tras el triunfo revolucionario. Él la vinculó al movimiento insurreccional.
Participó en la confección de bombas, trasladó mensajes, repartió bonos y propaganda, tomó parte en el Levantamiento Popular Armado del 5 de Septiembre de 1957 y curó a muchos heridos en los combates ocurridos ese día en la ciudad de Cienfuegos. También ayudó a incorporaran combatientes a las tropas rebeldes que operaban en las montañas del Escambray.
Sus méritos revolucionarios le han valido para militar desde muy temprano en las filas del Partido Comunista de Cuba. Admira enormemente a Fidel Castro y a Hugo Chávez.
Una entrevista resultaría indispensable, pero la audición le falla. “Ya no hablo mucho porque no escucho bien”, ha dicho. Pero la historia está ahí, en ella, quien lleva la Revolución en lo más profundo de su alma. ¡100 años son 100 años!
