Panamá organizó en 1970 (28 de febrero al 13 de marzo) la oncena edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe —antes había sido sede en 1938—, hasta ese momento la más concurrida con una veintena de países y 2096 deportistas, quienes demostraron con sus desempeños que estas citas habían arribado a su mayoría de edad.
Tras la inauguración en el estadio REVOLUCIÓN no quedó dudas del saludable y entusiasta ambiente que se vivía en la capital istmeña. Sin embargo, lo más impactante llegaría tras los quince días de actividad, cuando Cuba salió victoriosa en todos los deportes, excepto en natación, clavados, ciclismo, voleibol femenino y baloncesto varonil.
Jamás una nación había registrado tamaño desempeño dorado, no sólo a esta nivel, sino en cualquier cita multideportiva del planeta. Muchos especialistas le llamaron a esta edición “los Juegos de Cuba”, dada la lista tan abrumadora de monarcas (98) y medallas alcanzadas (210), ampliamente superior a los 38 títulos de México y sus 124 preseas en total.
Cuarenta y cuatro años después de haber nacido la imprescindible lid regional, la Isla tomó la punta del medallero para nunca más despegarse de él, excepto en su segunda ausencia del 2002 en El Salvador. El deporte revolucionario era el autor de esos triunfos.
Huelga y Changa, dos héroes del béisbol
Como casi siempre sucede, el béisbol fue de los platos fuertes de Cuba en la estos Juegos. A la conquista del séptimo título en estas citas mucho contribuyeron dos lanzadores José Antonio Huelga y Santiago “Changa” Mederos, dos de los mejores de todos los tiempos, y fallecidos pocos años después.
El primero recetó par de lechadas a sus adversarios en igual cantidad de salidas al box, mientras el zurdo capitalino durmió a los bateadores mexicanos con 21 ponches, ¡21!, marca aún vigente para la lid. La única derrota sufrida por nuestra selección ocurrió ante República Dominicana en la fase clasificatoria.
Un hecho también histórico resultó la dorada en fútbol, segunda en estos certámenes por un equipo de la Isla, obtenida al comprobarse que el portero colombiano se desempeñaba en ligas profesionales, y por tanto su equipo debió entregar la corona ganada.
En los años venideros, Cuba trasladaría muchos de esos éxitos a nivel panamericano y olímpico, cuando terminó segunda en la cita continental de Cali 1971 y festejó sus primeros campeones olímpicos en Munich 1972.
