Gloria deportiva es sinónimo de valor, sacrificio y compromiso. No solo atletas pertenecen a este selecto club, sino también médicos, federativos y cualquiera que haya contribuido con su granito de arena tanto en la base como en el alto rendimiento, y por supuesto, obtenido resultados sobresalientes.
El Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, a través de la Comisión Nacional de Atención a Atletas (CNAA) brinda apoyo a esas destacadas figuras en lo material, profesional y hasta familiar. La CNAA realiza balances anuales, lo que permite una actualización constante en cuanto a los desafíos a enfrentar.
Con frecuencia vemos participar a glorias deportivas en diversas actividades. Durante sus visitas a hospitales, escuelas y comunidades trasmiten experiencias y valores del olimpismo, que son importantes en cualquier esfera de la vida. También viajan al exterior para mostrar nuestros logros en el mundo gracias a un sistema masivo implementado desde 1959. Son verdaderos ejemplos de que, no obstante ser una nación pequeña y tercermundista, somos una potencia deportiva.
Sin embargo, no en todos los territorios del país se reconoce a esos campeones. Son muchos los que permanecen en el olvido y desvinculados del mínimo reconocimiento. Allí está el primer reto, vincularlos a la formación, sea en combinados deportivos, proyectos comunitarios o el alto rendimiento. Incluso, pueden tener mayor protagonismo cuando se habla de trabajo político- ideológico en el barrio y en equipos nacionales, pues son paradigmas a seguir.
Además, Cuba tiene al menos una gloria deportiva por cada municipio, aunque las más conocidas resultan, de forma general, las que tienen mayor atención o presencia en los medios de comunicación. La responsabilidad de cambiar eso nos toca a todos.
Nuestro pueblo sabe que ellas siempre han tenido desventajas en lo material y tecnológico, pero la fortaleza más grande siempre recayó en lo moral, en haber dado lo mejor de sí en cada evento para traer la presea a casa, a su pueblo.
Su valor, sacrificio y compromiso merecen todo el respeto y atención de los cubanos, en especial, de los organismos que pueden contribuir a que continúen aportando a la gigantesca tarea de seguir llevando el deporte tan lejos como sea posible, tal y como lo soñó el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz.