Quizá usted no lo conocía pero en Cuba existe un Instituto de Medicina del Trabajo, que lo fundaron en el año 1978 y que dos décadas después lo nombraron Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores.
La misión del centro es desarrollar investigaciones e innovaciones tecnológicas; promocionar, prevenir y ofrecer asistencia, formación, capacitación y superación con enfoque higiénico epidemiológico, clínico y social.
La directora del Instituto, doctora María Esther Linares, manifiesta que estas prioridades son para el beneficio de los trabajadores y sus relaciones con los riesgos laborales, “utilizando los aspectos científicos, técnicos y metodológicos e interactuando con organismos e instituciones en el ámbito nacional e internacional”.
El Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores (Insat), ubicado muy cerca de los hospitales Julio Trigo y Aballí, específicamente en la Calzada de Bejucal, kilómetro siete y medio, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, en estos 40 años ha desarrollado investigaciones científicas en el campo de la especialidad de Salud Ocupacional y Medicina del Trabajo para dar respuestas a las principales necesidades de los trabajadores.
Además realizan estudios higiénicos ambientales, biológicos y otros servicios científico- técnicos especializados; y brindan actividades docentes de pre, posgrado y académicas en las especialidades afines, tanto para cubanos como para los de otros países.
María Esther Linares precisa que una de las funciones fundamentales del centro que dirige está en brindar atención médica especializada a trabajadores expuestos a riesgos laborales, ofrecer asesoría y participar en la supervisión y control de la actividad nacional de Peritaje Médico Laboral, según las indicaciones del Ministerio de Salud Pública. Acota que colaboran en la tarea científicotécnica con las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo y otras; e instituciones relacionadas con la atención a la salud y la seguridad de los trabajadores.
También participan “en el control y la vigilancia sanitaria sobre los factores de riesgo, las enfermedades, y los productos y las condiciones que pueden afectar la salud de los trabajadores y el medio ambiente”.
El Insat tiene una sala de clínica ocupacional y un departamento de servicios ambulatorios con especialidades médicas afines a la salud de los trabajadores.
Entre los que allí se prestan están los de exámenes médicos a trabajadores sometidos a riesgos laborales por sustancias nocivas, ruido y vibraciones, radiaciones ionizantes y no ionizantes, estrés térmico, entre otras causas. Asimismo, los trabajadores reciben atención en Medicina Interna, Otorrinolaringología, Neumología y Dermatología ocupacional, Higiene de las radiaciones, Oftalmología, Psicología, Psiquiatría, Neurología, Diagnóstico y tratamiento de enfermedades profesionales, y otras vínculadas con la ocupación, entre otras disciplinas.
Es muy grata la atención que ofrecen en este Instituto que se distingue por la capacidad profesional de sus investigadores, quienes laboran directamente sobre las condiciones de trabajo y la salud de nuestros trabajadores.
A partir de este momento, nuestro semanario publicará textos referidos con la salud de los trabajadores, teniendo en cuenta las enfermedades profesionales que reconoce el Código de Trabajo.
La Ley número 116, Código de Trabajo, establece que el listado de enfermedades profesionales y el procedimiento para su análisis, prevención y control, se determinan por el Ministerio de Salud Pública.
A continuación presentamos el listado de tales enfermedades…
Saturnismo: causada por plomo o sus compuestos tóxicos.
Hidrargirismo: ocasionada por mercurio o sus compuestos tóxicos.
Intoxicaciones producidas por berilio, flúor, cromo, zinc, níquel, cadmio, vanadio y todos sus componentes tóxicos.
Benzolismo: a causa del benceno o sus homólogos tóxicos.
Enfermedad producida por el fósforo o sus compuestos tóxicos.
Las que provocan la nitroglicerina u otros ésteres del ácido nítrico.
Las ocasionadas por el arsénico o sus compuestos tóxicos.
Intoxicaciones producidas por los ácidos sulfúrico, nítrico, crómico, cromatos y dicromatos alcalinos, álcalis cáusticos, cales y cementos.
Dolencias causadas por los derivados halogenados tóxicos de los hidrocarburos alifáticos o aromáticos.
Intoxicaciones originadas por los alcoholes, glicoles o las cetonas.
Sulfocarbonismo: causadas por el bisulfuro de carbono.
Manganesismo: por el manganeso o sus componentes tóxicos.
Epitelioma primitivo de la piel.
Dermatosis: afecciones de la piel producidas por agentes físicos, químicos y biológicos.
Intoxicaciones por plaguicidas.
Silicosis con o sin tuberculosis.
Neumoconiosis por inhalación de otros polvos inorgánicos.
Asbestosis: alteraciones pulmonares por la exposición al asbesto o amianto.
Bisinosis: enfermedad broncopulmonar originada por algodón, lino de cáñamo o de sisal.
Bagazosis: alveolitis alérgica por la inhalación de polvo de bagazo de caña seco.
Laringitis nodular.
Enfermedades causadas por radiaciones de cualquier tipo de fuente de radiaciones ionizantes o no.
Hipoacusia profesional: pérdida auditiva causada por ruido.
Enfermedades inducidas por las vibraciones de músculos, tendones, huesos, articulaciones, vasos sanguíneos y nervios periféricos.
Las originadas por presiones superiores o inferiores a la atmósfera.
Trastornos por el trabajo en cámara donde se inyecte aire comprimido.
Carbunco o Ántrax: por agentes biológicos. Brucelosis: por agentes biológicos.
Leptospirosis: por agentes biológicos.
Histoplasmosis: por agentes biológicos.
Hepatitis B y C: por agentes biológicos. Enfermedades causadas por el virus de inmunodeficiencia humana.
VIH/sida: exposición al riesgo.
Síndrome del Túnel Carpiano.
Epicondilitis.
Tenosinovitis crónica de la mano y de la muñeca.