Icono del sitio Trabajadores

Camagüey: donde sobresale la calidad

Ella y él bien pudieran escribir un  libro sobre cómo ser éticos, cómo  trabajar con la gente y ser responsables.  Cada día dedican sus horas  de trabajo, y más, a servir y  orientar. Fue la profesión que escogieron,  y les gusta ayudar a los  camagüeyanos en sus gestiones financieras.

El servicio tanto en el Bandec como en la Empresa de Consultoría Jurídica, se caracteriza por la calidad. Foto: Leandro Armando Pérez

El trabajo si no es perfecto… 

Félix Rafael Moya Concepción lleva  unos 25 años en la dirección provincial  del Banco de Crédito y Comercio  (Bandec) de Camagüey, lugar  donde se ha destacado como buen  trabajador y dirigente sindical por  más de una década.

Un día decidió jubilarse de la  vida militar y entonces eligió un  puesto como custodio en la entidad  bancaria. De ahí pasó a seguridad  interna y luego a atender  asuntos vinculados con la defensa.  Aun cuando ya celebra sus 76 años  y los achaques le quiten agilidad  no piensa en cambiar de puesto de  labor y mucho menos en la jubilación.

“El Banco es lo que nos enseñó  el Che —explica Moyita, como lo  conocen sus compañeros—; un organismo  serio, responsable y nos  educa cada día a cómo debe ser  un trabajador revolucionario. En  el sistema bancario se encuentran  los valores de nuestro pueblo y empresas,  cosas que debemos cuidar.

“Es por eso que  creo que nuestra  responsabilidad es  significativa y a la  hora de realizar las  funciones que nos  corresponden debemos  ser éticos, profesionales,  demostrar  amor y hacerlo  con calidad, si no,  no es efectivo. Nada  es perfecto, pero el  sistema bancario  tiene un control estricto  que nos diferencia”.

Jóvenes, pero  experimentados 

La Empresa Provincial  de Consultoría  Jurídica de Camagüey  tiene solo tres años de  creada y gracias a su desempeño se  enseñorean como Vanguardia Nacional  y son carta de presentación  de los trabajadores de la administración  pública en el territorio.

“Comenzamos en junio del  2015 como empresa. Nos autofinanciábamos,  y los lineamientos  así lo avalaban. Pero no éramos  inexpertos, porque todo el personal  que se unió procedía de las  consultorías adscritas a Justicia,  por lo que traíamos mucha experiencia.  Solo era un cambio de  estructura”, asegura Lázara Vázquez  Velazco, directora de la Empresa  de Consultoría Jurídica.

“La empresa presta servicios  de asistencia y asesoría a personas  jurídicas —añade—; somos los abogados  los que velamos por el cumplimiento  de la legalidad en las  entidades estatales y en las cooperativas  no agropecuarias.

“Claro, es un trabajo complejo y  sacrificado, que demanda bastante  preparación, porque abarca todas  las partes del derecho y muchos elementos  económicos. Pero nuestro  trabajo es ayudar a que las empresas  sean eficientes y funcionen bien.  Por eso no nos puede faltar la ética,  el estudio constante y la preparación,  pues la legislación en Cuba  está cambiando considerablemente.  En todo ello “el buen trato y la  calidad a la hora de trabajar deben  primar”.

Enrique Hart, audacia sin límites

El Día del Trabajador de  la Administración Pública  está dedicado a un joven  del sector nacido el  4 de julio de 1929 en La  Habana. Se trata de Enrique  Hart Dávalos, en cuya  personalidad se reunían las  características de dinamismo,  serenidad ante el peligro  y audacia sin límites. Armando,  el hermano, narró así la reacción de  este ante el golpe del 10 de marzo de  1952: “Me dijo que el cuartelazo le  había abierto al país el camino de la  Revolución”.  Y así fue. Por ello fue  detenido en varias ocasiones  y torturado por los esbirros  del régimen. Pronto  se unió al Movimiento  26 de julio lidereado por  Fidel, dentro del cual ocupó  importantes responsabilidades  entre estos  coordinador de la entonces  denominada Habana Campo y  jefe de acción en Matanzas. En esa  ciudad perdió la vida el 21 de abril  de 1958, mientras manipulaba unos  explosivos que serían empleados en  acciones de la lucha clandestina.

Compartir...
Salir de la versión móvil