A Dagnis Matos Aldana no le preocupa solo dar un buen servicio como chofer de ómnibus en la unidad Segundo Frente, de la Empresa Provincial de Transporte Santiago de Cuba.
Al abundar al respecto precisa que se les debe vender un uniforme completo anualmente, aunque en ocasiones no está completo o sus componentes carecen de la calidad requerida. Además, nadie pasa todo un año con un único uniforme —subraya—, suponemos que refiriéndose al desgaste obvio de la tela.
“A mí, al igual que a otros trabajadores, hay días en que teniendo el ómnibus en buenas condiciones no nos permiten manejar por falta del uniforme, y yo estoy en desacuerdo”, reflexiona.
Pero el hecho se agrava si tampoco la administración les suministra la ropa, por eso el lector se cuestiona cómo pueden exigírselo. Ahora él tiene una situación particular pues estuvo sin trabajar un año por problemas personales, se incorporó en marzo después de reconstruir un semiómnibus y no le han dado uniforme, por lo cual realiza sus funciones con la ropa en muy mal estado.
Es un problema planteado en asambleas, dice. Y nosotros preguntamos ¿tendrá solución?