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Ni la gallina, ni el huevo

Saber quién llegó primero al mundo si la gallina o el huevo no es lo esencial en la unidad empresarial de base (UEB) de la avicultura, perteneciente al municipio de Primero de Enero, en la central provincia cubana de Ciego de Ávila.

Unas 21 mujeres tienen el mayor protagonismo en las naves de producción de la UEB, donde la masa supera las 82 mil gallinas. Foto: José Luis Martínez Alejo

Lo primordial son sus trabajadores capaces de mantener en los últimos tres años la condición de mejor colectivo de su tipo en el país. El mayor protagonismo lo tienen 21 mujeres consagradas en el cuidado de las aves. La Bola, así llaman a una de las trabajadoras de la nave número tres, la más productiva del centro. “Nos ocupamos de que no le falten a las gallinas comida, agua, medicamentos, higiene…”, afirma la obrera.

Overlandy Oñoz, médico veterinario, considera que la estabilidad del personal directo a la producción y la materialización de las medidas de bioseguridad constituyen las mayores fortalezas para que haya una impecable salud animal. Argumenta que “la prueba más fehaciente es el indicador de viabilidad con el 96 % de cumplimiento, de un plan de 91,45, lo cual significa menos muertes de gallinas ponedoras”.

Tal vitalidad facilita el incremento de la producción. Yoan E. Yera, jefe técnico, informa que hasta la fecha se han acopiado casi 4 millones de huevos, cifra que supera lo planificado. Además, marchan de forma favorable los indicadores de huevo por ave y la conversión de pienso por cada 10 huevos producidos.

Por eso, ningún pretexto, con los que se frecuenta imputar solo a fenómenos meteorológicos en otras entidades, engorda con el alimento en la UEB. Sí se ceba día a día allí la productividad y la eficiencia, ejemplica Yanara Vega Valle, económica: “Concluimos el 2017 con 11 millones 771 mil pesos de ganancias y un salario medio superior a los mil 962 pesos”.

Quiero eso decir que tan pronto el huracán Irma replegó su furia en septiembre pasado, los trabajadores emprendieron la restauración del centro. Después de la tormenta no vino el descanso porque la laboriosidad constante posibilitó la recuperación integral del proceso productivo. Yanara informa: “Cumplimos las ventas netas al 107 % y las utilidades alcanzaron 1 millón 121 mil 500 pesos, entre otros dividendos al cierre de mayo pasado”.

“Nos tiene entusiasmados el rendimiento de las aves de alta productividad con las cuales trabajamos en la actualidad, por lo que aspiramos a cumplir los compromisos productivos y económicos para, además de ratificar nuestra posición en la emulación socialista, seguir contribuyendo a la alimentación del pueblo”, enfatizó Aníbal Hernández Guerra, director de la UEB.

Un ínfimo nivel de huevos cascados predomina en las áreas productivas, sinónimo de calidad. Por eso, los avicultores violeteños aspiran a que, en reconocimiento a esos aportes, su comedor obrero tenga de forma oficial asignación de arroz, azúcar, sal y otros productos que ellos no pueden cosechar en su área de autoabastecimiento, ni producirlos en las naves donde las gallinas no ponen justificaciones porque habitan en un medio ambiente de economía sana.

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