Raúl Abreu Martín, estudiante de Periodismo
La generación que logró el tridente de selecciones entre 2008 y 2012 (Eurocopa-Mundial-Eurocopa) ha cedido el mando de La Roja a jugadores de jóvenes de mucha calidad que intentarán coronarse en Rusia.
Combinando lo mejor de ambas generaciones, y con algunas ausencias notables como la del lateral izquierdo del Chelsea, Marcos Alonso, o el polivalente jugador del Barça Sergi Roberto, Lopetegui buscará devolver a España a la gloria mundial.
Línea por línea, es de los conjuntos más sólidos de la Copa del Mundo. De Gea es un seguro en el arco, Ramos y Piqué comandan una experimentada aunque joven zaga, los laterales aportan en ataque, los mediocampistas manejan muy bien el balón y los delanteros convocados han tenido una gran temporada.
La gran fortaleza, y la base del estilo tiqui-taca que ha coronado a La Roja, es su mediocampo. Busquets, Thiago, Iniesta, Isco y Silva juegan en equipos de primer nivel mundial. Aseguran el control y una movilidad más rápida del balón, algo que se echaba en falta de la anterior generación. La pasividad se convertía en aliado y enemigo, haciéndolo en ocasiones predecible.
Ahí es donde Lopetegui tiene que enfocar sus esfuerzos como entrenador. Que el equipo tenga atrevimiento para encarar al rival en jugadas individuales. La aportación de Isco e Iniesta, en el once titular, y de Lucas y Asensio, saliendo desde el banco, será fundamental para la consecución del título.
Otro punto que está por ver es el goleador. Diego Costa, Rodrigo e Iago Aspas han tenido buena campaña. El primero ya tiene experiencia en estas lides, los otros dos no. A priori, será Rodrigo el elegido, porque su estilo encaja más con el de la selección.
No cabe duda que es uno de los grandes favoritos. La capacidad goleadora de los de arriba y el atrevimiento de sus mediocampistas parecen los dos factores claves de una España que es el mejor equipo en tres cuartos de cancha, pero le falta ser resolutivo en lo importante del fútbol: el gol.