En todo el orbe trabajan mil 200 millones de personas en actividades vinculadas a la agricultura, la pesquería, la silvicultura y el turismo. El dato revela de modo elocuente la importancia que tiene para el ámbito laboral la preservación de las condiciones naturales de vida en la Tierra, pues significa que el 40 % del empleo a nivel global depende directamente del medio ambiente y de los servicios ecosistémicos.
Sin embargo, entre los años 2000 y 2015 se produjo la pérdida de 23 millones de puestos de trabajo, debido al aumento de los desastres naturales relacionados con el quehacer humano; y se prevé que desde ahora y hasta el 2030 desaparezcan otros 72 millones de empleos a tiempo completo, por la misma causa.
Los destructivos fenómenos se originan en los graves trastornos medioambientales que hoy padece el planeta, y principalmente en el más devastador de ellos, el cambio climático, generado por el incremento de la temperatura media global debido a la progresiva acumulación en la atmósfera de los gases de efecto invernadero (GEI), emanados esencialmente de la quema de combustibles fósiles.
Lo expuesto acerca de la incidencia de los citados trastornos en la esfera laboral es parte del informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2018: Sostenibilidad medioambiental con empleo, divulgado el pasado mes por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), agencia de Naciones Unidas que presta una sistemática atención a la referida problemática, como ente encargado de velar por todo cuanto se relaciona con el tema del trabajo a nivel mundial.
De acuerdo al informe, la creciente contaminación de la atmósfera, del agua y del suelo, junto al propio estrés producido por el aumento del calor, constituyen factores primordiales que perjudican directamente a los trabajadores en términos de salud, productividad, ingresos, alimentos y seguridad; ello contribuye, unido a la merma del mercado laboral, al deterioro de sus condiciones de vida y las de sus familias y comunidades.
En particular, los aumentos de temperatura habrán reducido en el 2030 el número total de horas de trabajo en un 2 % a nivel mundial —sobre todo en países en vías de desarrollo y en sectores agrícolas—, pues ciertos horarios serán demasiado calurosos para trabajar.
Como parte de su agenda, la OIT promueve entre los trabajadores, empleadores y Gobiernos un diálogo dirigido a conciliar los intereses sociales y económicos con las preocupaciones sobre el medio ambiente, e insiste en que las políticas y las normativas jurídicas en materia ambiental que incluyen cuestiones laborales son fundamentales para cumplir el Programa de Trabajo Decente promovido por la organización.
En el documento también se formulan importantes propuestas, como la que insta a dar mayor impulso a una indispensable transición hacia modelos de producción energéticos limpios, no contaminantes, a fin de limitar el aumento global de la temperatura, según se establece en el Acuerdo de París sobre cambio climático, adoptado por la ONU en el 2015.
La concreción de las prácticas sostenibles en el sector energético propuestas por la OIT podrían significar la creación de 24 millones de empleos en el mundo hasta el 2030, principalmente en los sectores energético, agrícola, del transporte, la construcción y el reciclaje. Es decir, se perderían unos 6 millones de empleos pero el saldo es positivo, pues se generarían 18 millones de nuevos puestos de trabajo.
Considerando que el contexto actual requiere de esquemas innovadores para promover productos, servicios e infraestructuras que impliquen el cuidado del medio ambiente, y la generación de perfiles de empleos que se adapten a las exigencias de la denominada economía verde, la organización alerta sobre la necesidad de emprender acciones urgentes destinadas a formar a los trabajadores en las habilidades requeridas para el tránsito hacia las nuevas ocupaciones laborales.
El informe reclama además políticas de protección laboral para combatir los efectos adversos al empleo derivados del cambio climático, como medidas de reubicación ante la pérdida de puestos de trabajo y programas que contribuyan a reducir la vulnerabilidad de las personas en situación de desempleo.
También convoca a la comunidad internacional a prestar apoyo a los países de bajos y medios ingresos, requeridos de ayuda para financiar y desarrollar estrategias encaminadas a una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles.
Bajo el auspicio de la ONU, se realizará el próximo año una conferencia dirigida a lograr trabajo decente y sostenible para todos. A celebrarse en ocasión del centenario de la OIT, centrará el debate en la influencia que sobre el universo laboral ejercen los llamados megafactores de cambio: tecnología, demografía y globalización, además del cambio climático.
El evento guarda sintonía con la proyección de la Organización Internacional del Trabajo, resumida por su secretario general, Guy Ryder: “Cada vez es más evidente que el mundo del trabajo tiene que adaptarse a los imperativos de la lucha contra el cambio climático”.
Sin lugar a dudas existen razones suficientes para que la necesaria y apremiante causa ambientalista mundial reciba el más decidido apoyo de los trabajadores en todos los continentes.
El Acuerdo de París
Establece el propósito de limitar la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados, y de esforzarse para que el aumento se contenga en 1.5 grados.
Todos los países del planeta se sumaron al Acuerdo. Solo Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, ha formulado la solicitud de retirarse del tratado, a pesar de la deuda ambiental que tiene ese país con la humanidad por ser el mayor emisor histórico de los gases que originan el cambio climático.
Datos que alarman
- Pertenecen al siglo actual 17 de los 18 años más calurosos desde que se tienen registros; los tres últimos han sido los más sobresalientes, al superar en 1,1 grados la temperatura de la época preindustrial. Y la tendencia es al alza.
Actualmente:
- más del 92 % de la población mundial respira aire contaminado, lo que ocasiona 6,5 millones de muertes anuales.
- el riesgo de enfermedad o muerte relacionada con el calor aumenta de forma continua desde 1980.
- la degradación de los suelos alcanza el 75 % de la superficie terrestre e impacta a 3 mil 200 millones de personas.
Si no se actúa, para el 2050
- 5 mil millones de personas carecerán de suficiente agua.
- la emigración por causas ambientales podría alcanzar los 700 millones de personas.
- habrá desaparecido el 45 % de la biodiversidad del planeta.