La noticia beisbolera de la semana, en medio de los últimos juegos del Campeonato Sub-23 y la Serie Especial rumbo a Barranquilla, se la ganó Rey Vicente Anglada, tras aceptar el retorno a Industriales como mentor en la venidera temporada élite que, dicho sea de paso, oficializó su inicio para el 10 de agosto, con una modificación en el sistema de competencia propuesta desde nuestras páginas.
La aprobación entre los parciales azules del otrora camarero y tres veces monarca como director (2003, 2004 y 2006) resultó casi total, pues los demás candidatos (Guillermo Carmona, Lázaro de la Torre y Carlos Tabares) tenían sus vaivenes de simpatía e inexperiencia para un conjunto de tanto peso en la pelota cubana.
Anglada y el mentor saliente, Víctor Mesa, poseen varios puntos de contacto si de juego agresivo, técnico y motivador se habla. La gran diferencia estriba en el liderazgo real que ejercen sobre los jugadores. En Rey es ponderable la conducta ética sin estridencia y sus victorias llegaron sin el amplio apoyo logístico de la última campaña, que ojalá se mantenga, pues tampoco la recibieron así Germán Mesa, Lázaro Vargas y Javier Méndez, los tres mánager del 2009 al 2016.
La generación actual de jugadores del equipo capitalino es muy inferior a la que encontró en el 2002 —sobre todo en el pitcheo— y solo seis jugadores estuvieron bajo sus órdenes cuando respiraron los títulos. De ahí que el reto mayor no será recuperar la afición, sino devolver el juego agradable, vistoso, técnico y entregado en el que todos los peloteros son necesarios, mas ninguno es imprescindible, ya que lo importante no es el rendimiento personal, sino el aporte al colectivo.
Bienvenido Anglada aunque sea por una serie. La metodología para seleccionar a los directores en todo el país, pero especialmente en La Habana, sigue siendo un tema controvertido, pues hay múltiples ejemplos de oscuridad en esas designaciones. Desde los que se enteran que no eran ellos cuando llegaron al terreno para el inicio de la preparación (Pedro Medina espera que le saquen esa espina algún día), hasta los que mostraron disposición a regresar tras resolver los problemas familiares y lo relegaron sin sentido (Javier Méndez es el caso más reciente).
Esta semana debe conocerse quién dirigirá otra formación insignia, Santiago de Cuba, dilatada decisión a partir de que Lionard Kindelán emigrara en busca de las Grandes Ligas. Es cierto que resultaría duro para un padre como Orestes Kindelán pedirle a sus discípulos que defiendan el uniforme de su provincia y el béisbol cubano cuando su vástago tomó otro camino, pero en nuestra sociedad abundan ejemplos así en otros sectores y lo que debe valorarse es cuánto estaría dispuesto a continuar aportando el Tambor Mayor, a pesar de esta desgarradura.
Heriberto Rosales también se encuentra en la mirilla de las autoridades indómitas tras sus dos éxitos en el certamen para menores de 23 años. No sería una mala elección si tomamos en cuenta que buena parte de la nómina la conoce al dedillo, como tampoco parece descabellado formar un binomio Kindelán- Rosales para recuperar lo perdido.
Un cambio comprensible
Tras celebrarse el seminario de mentores de equipos ya se conoce que la 58 Serie Nacional tendrá un nuevo sistema para la segunda fase: solo se arrastrarán los resultados entre los equipos clasificados, lo cual implica varias fortalezas: juego duro desde el principio porque nadie sabe qué selecciones pasarán (desde la 52 edición solo Guantánamo y Mayabeque no han podido incluirse en la ronda decisiva); la selección de los refuerzos se realizará tal y como terminen la primera etapa no en orden invertido como hasta ahora; en tanto habrá mayor rivalidad en el período conclusivo.
Asimismo la propuesta está a tono con la experiencia internacional (Clásicos Mundiales y otros eventos), no perjudica en cuanto a estadísticas (son 90 juegos más la postemporada) y, sobre todo, busca competitividad desde el primero hasta el último encuentro, pues reduce la diferencia entre los involucrados en la segunda parte y todos contarán con opciones reales de acceder a los Play Off, algo que ahora casi queda reservado para los cuatro primeros, aunque tengan desastrosos los 45 desafíos finales.
Este domingo Las Tunas obtuvo el primero boleto a la final de la Sub-23 al dominar a Granma 3-2 y 11-3, por lo que espera ahora a su rival de Occidente, pendiente aún dados los partidos suspendidos a causa de las lluvias, mientras concluyó la Serie Especial con triunfo de Orientales sobre Occidentales (10-3).