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El rey artista

Fabio Miguel Quintero Pérez, estudiante de Periodismo

Roger Federer jamás ha jugado al tenis con una raqueta. En la mano derecha utiliza, desde que debutó, un pincel. Su sutileza y elegancia dentro de un court no tiene paralelo en la historia de esta disciplina. El expreso suizo es, considerado por muchos, el mejor atleta de todos los tiempos del deporte blanco.

Más allá de la cantidad enorme de records en su aval: 65 participaciones consecutivas en Grand Slams, 10 finales al hilo o 20 títulos (mayor cantidad para un hombre) por solo referirme a los majors, el helvético impresiona por la naturalidad de su juego.

Pareciera que la pequeña pelota verde pica siempre donde él quiere. Dibuja los winners. Cada uno de sus saltos o movimientos en la cancha atraen un halo mágico. “Federer vuela”, ha dicho en varias ocasiones el jugador español Feliciano López.

La carga de slice de sus tiros demuestra el dominio de la diestra y las variantes de velocidades y efectos que posee. Debido a eso maneja los tiempos de los partidos y logra un tenis sencillo que no lo desgasta. Factor clave este para convertirse en el jugador más veterano en alcanzar el primer lugar del escalafón mundial.

Asimismo, la plasticidad del efectivo servicio del “maestro” resulta un guiño al paladar visual. “La manera como Roger ejecuta el saque es perfecta. La soltura de los hombros y los brazos junto a la flexión de las piernas describen un movimiento único” dice el comentarista de la cadena televisiva norteamericana ESPN, Luis Alfredo Álvarez.

El vasto arsenal de golpes que ostenta es espectacular. Solo hace recordar a otro fuera de serie, el estadounidense Pete Sampras, ídolo del gran Roger. Su revés paralelo a una mano roza lo orgásmico para los amantes del juego; el drope shot tan frecuentado para definir puntos, nunca deja de sorprender y el smash cruzado no tiene paragón en el circuito, únicamente él lo ejecuta.

Una de sus mayores cualidades constituye la adaptación al estilo de cualquier adversario, haciéndolo casi invencible y sumamente resolutivo. Las más de 300 semanas en el número uno del ranking mundial y la racha de 56 victorias consecutivas en pistas duras, hazañas solo alcanzadas por él, constituyen muestra de ello.

A diferencia del juego físico de Rafa Nadal, su histórico rival, Federer corre menos y trata de definir los puntos con pocos intercambios. “Le apunta siempre a las líneas (…) pretende hacer tenis de sobrepique para, con menos recorrido, ganar velocidad en cada golpe”, suscribe el artículo Los argumentos de Roger Federer del diario Clarín.

El genio de Basilea resalta por ser un especialista en superficie de hierba, una de las tres del circuito ATP (Asociación de Tenistas Profesionales). El vote rápido de la pelota sobre el césped lo lleva a desarrollar una forma de juego en la cual pocos le ofrecen resistencia: saque-volea. Luego de ejecutar el servicio va corriendo hacia la red para “cerrarle” el campo al oponente y rematar encima de la malla.

En ese suelo Federer posee la impresionante cifra de 17 títulos (solo disputan tres torneos sobre pasto en el año) y 65 triunfos en línea. Los 8 Grand Slam en Wimbledon,  lid insigne del tenis, lo convierten en el máximo ganador del evento londinense en la rama masculina.

Pero en cemento no se queda atrás. La inventiva del suizo aflora en los golpes de espaldas al campo entre las piernas, los cuales figuran en varias selecciones de jugadas espectaculares. Además, en el Master 1000 de Cincinnati en 2015 desarrolló contra el serbio Novak Djokovic, uno de sus grandes adversarios, el sneakersattack (ataque de zapatos), devolución inédita hasta ese momento.

Roger durante el servicio del oponente se paraba muy cerca de la línea del medio del campo y restaba el saque rival a bote pronto. La bola caía detrás de la net en campo rival. Esta jugada sorpresa desconcertó al balcánico, y fue decisiva para ganar el trofeo número ocho en igual cantidad de finales en tierras norteamericanas de Ohio.

El segundo jugador con más títulos en la historia del tenis (94) sobresale por una virtud poco común hoy día: la caballerosidad. Nunca hace una expresión de más, ni grita luego de un triunfo. No discute con los árbitros y siempre tiene un gesto con los rivales. Solo el puño apretado caracteriza sus celebraciones

Aunado al éxito indiscutible de su trayectoria, este comportamiento  dentro y fuera del court lo ha llevado a ser el tenista más seguido a escala planetaria. La mayoría absoluta de aficionados a favor en todos los estadios, bajo el famoso cántico: “Go Roger”, y grupos de fans en los cincos continentes avalan la popularidad del seis veces vencedor del ATP Tour Finals.

Glorias del tenis como Stefen Edberg y Rod Laver y celebridades de la talla de David Beckham, Bradley Cooper y Gwen Stefani son asiduos asistentes a los matches del también medallista de plata de los Juegos Olímpicos Londres 2012.

A pesar de tener casi 37 años todavía cuando levanta un trofeo se abalanza sobre el lienzo, que es su campo de juego; y lo cubre de lágrimas para rematar la obra de arte. Mira a su esposa, la segunda musa, porque la primera es, sin dudas, el tenis. Ese que inspira día y noche a su Majestad, el rey-artista del deporte mundial.

 

 

 

 

 

 

 

 

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