Interrogantes e incertidumbre nos deja la carta de Dagoberto F. Alamino González, dirigente sindical en el hotel Meliá Cayo Coco, separado del puesto laboral por intentar cumplir con sus funciones, según expresa.
Un poco de historia
Su escrito se remonta a inicios de agosto del 2014, momento en que empezó a laborar en el mencionado hotel avileño como dependiente de servicio gastronómico, “mediante la firma de un contrato a tiempo determinado, prorrogado en siete ocasiones hasta abarcar 37 meses (…), precisa en su carta.
Por ese acumulado decidió pedir el 29 de diciembre del año precedente que lo contrataran por tiempo indeterminado, situación que quedó pendiente con el desenlace expuesto.
El lector narra otro hecho que considera vinculante. En noviembre del 2016 lo eligieron secretario general de la sección sindical del área de Gastronomía, y como parte de tal encomienda y “el deber de encauzar en momento, forma y lugar adecuados nuestros planteamientos e insertarlos en las decisiones fundamentales de la entidad”, planteó la necesidad de negociar con transparencia un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo (CCT).
En él “formalizaríamos la relación laboral de la mayoría de los asociados mediante contratos indeterminados, la implementación de un nuevo régimen de trabajo y descanso”, pues el vigente —subraya— entre otros aspectos no cumplía con lo establecido en ese acápite. Además puntualizarían temas como los presupuestos de las áreas de servicio, la responsabilidad material, el comedor y la transportación obrera, asuntos previamente discutidos y acordados en las asambleas sindicales, asevera.
Dagoberto señala que en marzo del 2017, después que en la reunión del núcleo del Partido del departamento fue felicitado el desempeño de la sección sindical que dirigía, obtuvieron una copia del CCT con solo uno de sus 19 anexos. Al mes siguiente perdió la voz y la total rehabilitación demoró más de 4 meses.
No obstante, cuenta que el día 9 de abril envió al subdirector de Recursos Humanos (RR. HH.) y a la secretaria general del buró sindical del hotel la propuesta de CCT de la sección sindical de Gastronomía, así como una guía para su análisis. “Incitamos al debate y la negociación para dejar listo el documento en saludo al 1.º de Mayo. No hubo respuesta”.
Al recibir el alta médica se reincorpora el viernes 1.º de septiembre; “y a las 7:00 p.m. me anunciaron el cierre de contrato debido a la ‘baja ocupación’ del hotel, acción ejecutada por el subdirector de RR. HH., el lunes 4 de septiembre”. Como consecuencia lo enviaron, por primera vez, a la reserva de la entidad Empleatur.
Pero no se dio por vencido tan fácilmente. Buscó y constató sorprendido en el reporte de ocupación del hotel correspondiente al 4 de septiembre del 2017, la presencia de 426 clientes para un 91.2 % de alojamiento, y que su contrato a tiempo determinado tenía vigencia hasta el 21 de octubre de ese año.
Las averiguaciones de Dagoberto fueron más allá. Dice que no recuerda cuándo y dónde se acordó el CCT del 2014 y ahora, luego de mucho indagar, no conoce a ningún trabajador que haya participado en la discusión, negociación, elaboración y aprobación del CCT ni de los planes económicos y presupuestos de la entidad. “El escribidor —como diría Ciro Bianchi— lo intentó y violándose la legislación vigente, fue despedido”.
Así concluye su carta, en la que falta un elemento básico: su reclamación inmediata, pues dice que en febrero último acudió a las instancias partidistas y sindicales del municipio y la provincia, pero al menos, en el texto enviado, no hace constar qué gestiones realizó a partir de septiembre del 2017 después del cese del contrato.
De todas formas esperamos que su denuncia no caiga en saco roto, y más temprano que tarde conozcamos razones y respuestas.