Una paletada más rápida, al aliento del público, la voz de su entrenador animándoles, el bote color rojo, la cinta en sus cabezas como talismán, la fuerza de una revancha, así pudiera describirse la regata final del C-2 a 1000 metros de la II Copa del Mundo en Duisburg, Alemania, donde la dupla cubana terminó con plata, solo superado por el bote anfitrión, campeón universal del 2017.
Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, vestidos hoy con licra negra y camiseta azul y roja, salieron este viernes al lago germano en busca de la revancha con la pareja local de Yul Oeltze y Peter Kretschmer, triunfadora sobre ellos el pasado año en el campeonato del orbe celebrado en la localidad checa de Raice.
Sin embargo, ahora tampoco pudieron lograrlo, por más que lo intentaron par de veces, pues en el heat clasificatorio quedaron relegados a la segunda posición (3:31.789 por 3:38.796), aunque para ser justos iban casi con el mismo crono hasta los 750 metros de la prueba.
Al no poder obtener el pasaje directo hacia la final, los antillanos tuvieron que volver al bote en semifinal, la cual dominaron (3:34.271) con la sombra de otro bote alemán, formado por Sebastian Brendel y Michael Mueller (3:35.086). Todo quedaría listo entonces para dos horas más tarde defender el título alcanzado en la primera parada de Szeged, el fin de semana anterior.
Tal y como se puede apreciar en el video de la competencia, la estrategia de Torres-Jorge en la regata conclusiva fue la correcta. Reservaron sus fuerzas para los últimos 250 metros (pasaron terceros a mitad del trayecto), pero ni así pudieron sobrepasar a los alemanes Oeltza-Kretschmer, que apenas le aventajaron por 0.697 milésimas de segundos.
Desde la sede, vía Internet, Serguey declaró que sabían lo difícil que iba a ser esta Copa comparada a la de hace siete jornadas en Hungría, al tiempo que mostró “alegría y complacencia porque solo caímos derrotados ante los campeones mundiales, unos alemanes que no son invencibles y lo demostraremos en el futuro”.
Asimismo, aprovechó para resaltar que todo lo alcanzado por él y Fernando “no es más que el fruto de un trabajo colectivo hecho con mucho sentido de pertenencia de toda la familia de la canoa cubana, desde entrenadores, paramédicos y todo el equipo que actualmente somos 10 personas.
Sobre los tiempo en el C-2 a mil metros señaló “que no esperaba menos , pues antes de salir de Cuba logramos nuestras mejores marcas personales que fueron 3:47.630 Dayán y 3.50.090 yo. Eso solo se podía traducir en un mejor rendimiento en el C-2.
Serguey ratificó que volverá sobre su canoa el próximo domingo en el mismo escenario en busca del título en el C-1 a 5000 metros, un extenuante evento, para el que se inscribió también su compañero de batería entre los 22 concursantes que tomarán la arrancada.