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¡El dolor se multiplica!

Todos los cubanos sentimos inmenso sufrimiento por la pérdidas de más 100 vidas en el accidente aéreo ocurrido ayer en La Habana

Acabo de ir a la bodega, como todos los días. Hoy no hubo bromas, ni sonrisas como casi siempre. Todos sentimos un inmenso sufrimiento por la pérdidas de más 100 vidas en el accidente aéreo ocurrido ayer en La Habana. ¡El dolor se multiplica!

Parece talmente que el andar se detiene, que todo es más lento… Casi no se habla de otra cosa. Y hay lamentos, porque lo sucedido duele, duele profundamente en el alma de los cubanos, que como todos los seres humanos tenemos defectos, pero somos sobre todo, solidarios, amigos de los amigos, hermanos de los hermanos, ayudamos cuando hace falta, tendemos la mano al desvalido y lloramos cuando el llanto no puede aguantarse no solo en los ojos, sino también en el alma.

Los que hemos tenido la posibilidad de haber subido alguna vez a las alturas en un avión imaginamos lo sucedido, los durísimos momentos de la caída…, en fin, el desespero de quienes iban a morir inexorablemente porque la tecnología es imprescindible en los tiempos modernos pero también mata.

Sin conocerlo le envíe un mensaje por Facebook al cirujano del hospital general de Holguín que perdió a su esposa y a su hijita de dos años en el siniestro. No le dije palabras de consuelo, porque como expresó Diego Armando Maradona en un mensaje de condolencia: “No hay consuelo”. ¡No puede haber consuelo!

No solo Holguín está de luto. Está de luto toda Cuba y todos los cubanos, sin diferencia de creencias o tendencias de pensamiento. El dolor lacera, lacera hondo.

Solo queda la conformidad espiritual de haber visto a personas humildes correr hacia el peligro para auxiliar a los que pudieron sobrevivir a la catástrofe, a los bomberos desafiar –como siempre- las llamas y las amenazas, a los médicos y enfermeras desasiéndose en atenciones y cuidados extremos con quienes, al menos, pudieron llegar con algo de vida al hospital Calixto García, al Presidente de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, junto al pueblo y los socorristas en el sitio mismo del desastre, a las autoridades del Partido en La Habana y Holguín atender a los familiares de las víctimas, sin poder contener las lágrimas, porque el dolor es demasiado fuerte.

No quiero emborronar cuartillas con sentimientos que cortan las palabras y las frases. ¡El dolor se multiplica!, como expresó Fidel en la despedida de duelo de las víctimas del crimen de Barbados en 1976.

Sepan los familiares de los fallecidos en este vuelo fallido entre La Habana y Holguín que sus coterráneos estamos junto con ellos es este momento de inmenso dolor, aunque los que vivimos distantes de ellos no podamos, al menos, darles un abrazo.

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