Cargando...Este 11 de mayo el amanecer fue diferente a aquel de 1873: no se sintió ningún ruido de armas, no hubo ningún combate y nadie lloró la tragedia de la muerte de Ignacio Agramonte. Mas bien, se le recordó y se le agradeció cada una de las enseñanzas porque “hombres como Ignacio Agramonte construyeron la Patria cubana”.
Así expresó la investigadora Elda Cento Gómez, presidenta de la Unión de Historiadores de Cuba, en las palabras centrales del acto nacional por el aniversario 145 de la caída en combate de El Mayor.
La académica también describió los sucesos acaecidos aquel fatídico 11 de mayo, momento que calificó como una tragedia, pero que a pesar de ser dolorosa para sus compañeros de lucha no impidió que, en tan solo 48 horas, los cubanos volvieran a la carga por una patria libre.
“Por norma hecha tradición, los jefes y oficiales cubanos no presenciaban los combates desde una segura distancia, sino que marchaban en la primera línea, a la cabeza de las cargas al machete y ese es el ejemplo que nos hace invencibles”, explicó Elda Cento.
El depósito de una ofrenda floral, a nombre del pueblo de Camagüey, en la estatua ecuestre del héroe, en el céntrico Parque Agramonte, marcó el comienzo de las actividades de recordación, las cuales contaron con la presencia del General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, miembro del Buró Político del Partido, y José Ramón Balaguer, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, así como de autoridades locales.
Entre canciones y fragmentos de las cartas que intercambió con su amada esposa Amalia, a nombre de los jóvenes juristas, Claudia Proenza de Miranda, fiscal, comentó sobre la trascendencia del Agramonte jurista, de la importancia de su actuar ético y de esos valores y principios “que guían a las nuevas generaciones en el ejercicio pleno de la abogacía”.
