El taller científico José Martí, Karl Marx y el Socialismo en Cuba, celebrado hoy en La Habana, reafirmó la talla excepcional de ambos hombres y la valía y vigencia de sus ideas, imprescindibles para hallar las respuestas que este tiempo precisa y construir un mundo mejor.
Convocada por la Sociedad Cultural José Martí y el Centro de Estudios Martianos (CEM), la jornada tuvo lugar en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, justo al cumplirse 200 años del natalicio del genial filósofo alemán, padre del comunismo científico, creador de la teoría del materialismo dialéctico.
En Martí y Marx encontramos un camino, el de la militancia por la justicia social y el bien común, afirmó Yusuam Palacios Ortega, presidente del Movimiento Juvenil Martiano, y de las muchas similitudes entre el “Prometeo de Tréveris” y el Apóstol de la independencia de Cuba mencionó la vocación de servicio, la altura ética, el pensamiento dialéctico, la sensibilidad, la espiritualidad.
Construir el Socialismo en Cuba constituye tarea primordial de los revolucionarios cubanos, garantía de supervivencia de la nación y de salvaguarda, en nuestra pequeña porción de Humanidad, de la especie humana, afirmó en la apertura del Taller.
Es eso o retornar al pasado, restaurar el capitalismo, he ahí la disyuntiva, pero no habrá Socialismo en Cuba sin Martí y Marx, si no los traemos al presente, junto a la poderosa savia de Fidel, añadió el joven jurista, también director del Museo Fragua Martiana.
La jornada científica contó con un panel de lujo, integrado, entre otros, por el doctor Pedro Pablo Rodríguez, Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales, investigador titular del CEM y jefe del equipo encargado de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí.
Cada disertación fue una clase magistral, que mantuvo en vilo a un auditorio, poblado de rostros jóvenes, pero lo mejor vino luego, a la hora de un debate, que insistió en la necesidad de mayor difusión del Marxismo en la sociedad y de su estudio a fondo, especialmente en las universidades, donde resulta insuficiente, casi epidérmico.
El Marxismo nada tiene de reliquia, está vivo y, sobre todo, como ciencia proporciona el método para analizar críticamente procesos y fenómenos bien actuales, en este mundo nuestro tan urgido de un pensamiento contracorriente, destacó otro Premio Nacional de Historia y ferviente martiano, el doctor Ibrahim Hidalgo, miembro de la Academia de Historia de Cuba.
Qué Marxismo estamos enseñando en nuestras escuelas, se preguntó la doctora Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos, y reflexionó acerca de que muchas veces, a fuerza de querer hacerlo “potable”, se pierden de vista las esencias.
Igual ocurre con la Historia de Cuba, porque una enseñanza-aprendizaje meramente cronológica, limitada a la enumeración de los hechos, sin un análisis dialéctico, sin develar causas y efectos, pierde interés, destacó la directora del CEM y añadió que también para entender el decursar de la nación el Marxismo resulta esencial.
Varios de los jóvenes presentes aseguraron irse a casa con mucha información que procesar, pero muy felices y motivados a leer, investigar, estudiar, aprender y, más aún, a seguir haciendo Patria y Revolución. (Tomado de ACN)