A nueve décadas de vida llegó este 28 de abril el Doctor en Ciencias Julio Vitelio Ruiz Hernández, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, quien recibió la fecha con el mejor de los regalos: el afecto de miles personas de todas partes del país, y un poco más allá también, quienes le reconocen, además de su existencia, sus tantísimos aportes en los campos de la lingüística y la fonética.
La vetusta casona del santiaguero reparto Vista Alegre, donde cada día es amado y respetado por su prole numerosa, resultó pequeña para dar cobija de una sola vez a los que llegaron para cantarle ¡cumpleaños feliz!, y el tiempo se tornó escaso para contestar el teléfono, y decir “gracias”.
Solo una cosa se hizo infinita, el corazón de Vitelio, donde siempre hay espacio para un aluvión de amores que devuelve y multiplica al por mayor con la sencillez que casi siempre acompaña a la grandeza, esa que en él pudiera resumirse en sendos doctorados en Pedagogía, Filosofía, y Ciencias Filológicas, su condición de Investigador Titular, de Profesor Titular Adjunto, de miembro del equipo de investigación del proyecto mundial Variación Léxica del Español, y de presidente del Consejo Científico Multidisciplinario del Centro de Lingüística Aplicada de Santiago de Cuba, del cual es fundador y Director de Honor.
Como inagotable surtidor es este héroe nonagenario, premiado por la vida, además de atesorar el más alto reconocimiento de la ciencia en el país: la Orden Carlos J. Finlay, y las distinciones por la Cultura y la Educación cubanas, el Premio Nacional de Pedagogía, entre otros muchos.
Y a sus noventa años Vitelio sigue dando luz, a pesar de sus ojos ya sin vista a causa del glaucoma. Él mismo es resplandor infinito, creación constante, arrebujado por un halo que nadie ve, pero le acompaña a todas partes, el de la Dr.C. Eloína Miyares Bermúdez, ausente en lo físico mas no en lo espiritual, también Heroína del Trabajo, su esposa, colega, su fuerza vital desde el primer día y por los siglos de los siglos.