Las leyes se establecen para ser cumplidas. Quizás la afirmación pueda verse como una reiteración innecesaria, pero no lo es, porque hay quienes, contra todo precepto, las obvian e incumplen, sin que el peso de los códigos caiga sobre sus espaldas.
Eso sucede, por ejemplo, con la aplicación en Cuba de la Ley no. 38, la cual regula la actividad innovadora, la retribución monetaria y el reconocimiento oportuno a los autores de múltiples soluciones que mantienen con vida activa viejos equipamientos industriales, o hacen aportes notables a otros que no lo son tanto, siempre en aras de mantener la producción y los servicios y elevar la eficiencia y el ahorro.
La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) ha dado una verdadera batalla para que lo establecido se materialice en cada uno de los centros en los que los técnicos y trabajadores aportan soluciones.
Cierto es que hace unos tres años, durante el proceso de la Primera Conferencia de la Anir, se identificaron 504 entidades en el país, y ese número se ha reducido de manera notable. Pero no hay razón alguna para que persistan algunas en diferentes sectores con direcciones reticentes a establecer lo legislado, y no gratifican financieramente a los aniristas, lo que significa una violación evidente.
Debe tenerse en cuenta, con la prioridad debida, que en el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) se aprobó un objetivo, el número 23, que indica el fortalecimiento de la Anir “para que cumpla la misión que le corresponde en los centros de trabajo” y que en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021 están planteadas las intenciones de “situar en primer plano el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en todas las instancias, con una visión que asegure lograr a corto y mediano plazos los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social” y de “actualizar las vías existentes y definir e impulsar otras para estimular la creatividad de los colectivos laborales de base y fortalecer su participación en la solución de los problemas tecnológicos de la producción y los servicios y la promoción de formas productivas ambientalmente sostenibles”.
Lo que sucede en Cienfuegos
Entre las entidades con actividad innovadora en ese territorio persisten de manera reiterada cuatro que no evalúan ni retribuyen a los aniristas: la mixta Cementos Cienfuegos S.A., encargada de administrar la fábrica Carlos Marx; la UEB Ferrocarriles y las direcciones de Educación y Servicios Comunales en el municipio cabecera.
Amparo Chongo González, presidenta del Buró Provincial de la Anir en la provincia, explicó que, durante el proceso de la Primera Conferencia, fueron declaradas 24 empresas incumplidoras de la ley.
«Como parte de las acciones ejecutadas para disminuir esa cantidad se realizaron seminarios con la participación de dirigentes administrativos, sindicales y de la Asociación, e intercambios con especialistas del Banco para examinar la situación existente con la apertura y uso de la cuenta del fondo del 30 % en las unidades empresariales de base (UEB) y presupuestadas, de acuerdo con lo legislado para contar con el financiamiento que permita retribuir y estimular”, afirmó.
“También fortalecimos ─aunque debemos avanzar más en ese sentido─ las inspecciones conjuntas con la dirección de Finanzas y Precios, a fin de supervisar todo lo relacionado con la correcta aplicación de lo establecido sobre las innovaciones, cuyos resultados se evalúan con los sindicatos y la CTC”, agregó.
No obstante lo avanzado, no se ha llegado al final del camino, pues eso ocurrirá cuando todas apliquen la Ley 38, la que, como se ha reiterado, fue aprobada en febrero de 1984 y por tanto, “está fuera de tiempo”, pero es la existente y posibilita que quienes aportan en favor de la economía sean remunerados y reconocidos.
En fin, ¿si tienes soluciones?…, ¡paga lo que debes!