Enclavado en el mismo centro de un poblado convertido en historia, el Museo Girón, en el sureño municipio de la Ciénaga de Zapata, se erige como legítimo guardián de una victoria que llega este 19 de abril a 57 años como un vívido sostén de la patria e independencia cubanas.
Nadie que llegue al pintoresco sitio obvia una institución que evoca la historia del ayer y el hoy de un territorio ciento por ciento obra de la Revolución naciente el primero de enero de 1959.
Seduce la manera en la que el discurso museológico ofrece una panorámica de la ubicación geográfica de la Ciénaga de Zapata, la flora, la fauna, las denominaciones ambientales, la situación de la zona antes de la Revolución, las transformaciones que aquí y en toda Cuba sucedieron al año 1959, la Campaña de Alfabetización, los primeros sabotajes, pasando por el plan ideado para agredir al país, el bombardeo del 15 de abril de 1961 y la proclamación del carácter socialista de la Revolución.
Dos fotografía gigantes impactan en el vestíbulo. Son de Fidel Castro Ruz, una, llamando a la lucha, y la otra, bajándose del tanque de la victoria.
Una de las salas más visitadas, sin embargo, es la segunda, muestra cronológica de los tres días de combate, al igual que despierta mucha curiosidad las piezas utilizadas por las tropas cubanas, cuatro bocas, avión, y los dos tanques, así como también los medios de la brigada mercenaria.
Según especialistas del centro, en una interacción constante con el entorno, el Museo Girón emprende todos los proyectos socioculturales que puede, en ese deseo de ser un ente activo en la comunidad.
Así nació, entre otros, La hora del cuento, que incentiva en los niños y niñas el amor por la obra de José Martí.
Es un diseño de actividades que no excluye a nadie. A la Casa de los Abuelos asisten sus trabajadoras, lo mismo que a las secundarias básicas e incursionan en la historia de la localidad, ofrecen charlas, conferencias, encuentros con la historia, y realizan muestras del mes.
Hace dos años el museo recibió un proceso inversionista que lo colocó a la altura de conceptos coherentes con las más modernas tendencias del mundo de la museología. La institución incorporó un diseño que cuenta de manera diferente los 57 años de una victoria trascendida como la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América, su antes y después.
La modernización, que concibió el respeto por el discurso museológico, concedió valores agregados a la instalación asentada en un área total de 4 mil 600 metros cuadrados, y la que ha sido visitada por más de un millón de extranjeros y nacionales desde su apertura, en abril de 1976.
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