Una historia dentro de una historia mayor forjará desde ahora el nuevo presidente cubano, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, nacido el 20 de abril de 1960.
Por coincidencias, azar o quién sabe qué casualidad, el recién electo mandatario asume el cargo a la edad de 57 años, exactamente los mismos aniversarios de la épica victoria cubana alcanzada el 19 de abril de 1961 sobre una fuerza invasora equipada, entrenada y financiada por el Gobierno de Estados Unidos.
Este simbolismo es otra fortuna para un país que escogió el camino de fraguar su propio destino al propinar en Playa Girón la primera gran derrota militar estadounidense en América, un hecho en el que el mandatario invitó a pensar en su discurso en la Asamblea Nacional, al decir: “… un día como hoy, simbólico, pleno de significados, pensemos en Fidel, en su legado, como una manera de perpetuar su ejemplo y enseñanzas. Juremos defender esta Revolución socialista, ‘de los humildes, por los humildes y para los humildes’, que la generación histórica construyó”.
A los 57 años asume la presidencia de los consejos de Estado y de Ministros el hombre que acaba de asegurar que “la Revolución cubana sigue de verde olivo para vencer todos los combates” y seguirá en pie porque “la Revolución no termina con sus guerrilleros”.