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Rita única

Dicen los que saben, los que tuvieron la oportunidad de escucharla en vivo, que las grabaciones fonográficas no le hacen honor al arte extraordinario de Rita Montaner.

Ese sobrenombre que la acompañó buena parte de su vida, la Única, no era caprichoso. Se refiere a un estilo, una capacidad, un espíritu verdaderamente únicos en el panorama de la cultura cubana.

Su técnica vocal era impecable, pero ella nunca fue una cantante que se caracterizara solamente por su técnica. El escenario era su ámbito, y en el escenario se prodigaba.

Dominó todos los géneros del arte teatral: fue actriz y cantante lírica; brilló en la radio y en la naciente televisión. Y en el cine entregó algunas de sus más contundentes interpretaciones.

Puede que la película no fuera gran cosa, pero la actuación de Rita siempre se distinguía. En tiempos de énfasis y amaneramientos, ella era auténtica y natural.

Los más grandes compositores de su época escribieron para ella. Popularizó algunos de los temas más emblemáticos de la música popular cubana.

Mucho se cuenta acerca de su carácter difícil, de sus desencuentros con otros creadores. Pero su estatura artística está fuera de discusión.

Rita era (es) grande. Hizo época. A 60 años de su muerte sigue dando lecciones de buen arte.

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