De su extensa reseña recordemos: con anticipación tuvo los boletos para él y su esposa, el vuelo (23 de diciembre) salió con dos horas de retraso desde la terminal habanera, donde nunca informaron oficialmente que el avión llegaba hasta Camagüey y el resto del trayecto era por ómnibus.
El regreso fue como para no vivirlo. El día 29 le avisaron por teléfono que el que tenía con fecha 3 de enero estaba cancelado, que no habría transportación por ninguna vía y le reembolsarían el dinero, lo cual resultó imposible de materializar el 2 de enero, pues en la oficina carecían de efectivo en caja.
Sin embargo dispusieron de poco tiempo para lamentarse. Pidieron dinero prestado, fueron a la lista de espera donde permanecieron tres días, y al fin llegaron a La Habana, 96 horas después de lo previsto y ausentes a sus centros de trabajo, donde debieron estar el 4 de enero.
Desde agosto cesaron vuelos directos a Las Tunas
La carta de respuesta firmada por Hermes Hernández Dumas, director general de la empresa Cubana de Aviación S.A., ofrece algunas informaciones que son válidas para los clientes potenciales, y que faltaron en su momento a otros como Jorge Alberto.
“A partir de agosto del 2017 —precisa— el aeropuerto de Las Tunas cerró sus operaciones al no cumplir con los requerimientos establecidos en las regulaciones aeronáuticas”.
Por ese motivo —refiere el texto—, la aerolínea y la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos (Ecasa) determinaron continuar efectuando dichos vuelos hasta la ciudad de Camagüey y, como medida temporal, garantizar el traslado hasta Las Tunas por carretera.
Al demorar “la solución definitiva, y teniendo en cuenta que las regulaciones nacionales e internacionales de Cubana de Aviación estipulan que no debe sustituirse la transportación aérea por la terrestre”, a partir del primero de enero del 2018 decidieron suspender los viajes a aquella provincia oriental, hasta tanto no se creen las condiciones”.
El tema —se expone en la misiva— fue tratado por una comisión conjunta integrada por directivos del Ministerio del Transporte, Ecasa, la Corporación de la Aviación Civil, Cubana de Aviación, y del gobierno en Las Tunas, de lo cual derivó el acuerdo de realizar las operaciones aéreas por Holguín, en igual cantidad de frecuencias y capacidades, aunque la venta de estas últimas se mantendría en la oficina de Las Tunas.
¿Por qué fueron cancelados los vuelos?
Aunque sea agua pasada, no es ocioso conocer lo que comprobó la comisión creada para investigar la queja.
“El vuelo CU810 Habana-Las Tunas, del 23 de diciembre del 2017 salió con dos horas de retraso por problemas operacionales y el CU811 Las Tunas-Habana, del 3 de enero del 2018, fue cancelado por problemas técnicos”.
Respecto a la inquietud del promovente de la queja por ser avisado con cinco días de antelación a la realización del vuelo, subraya “que el Manual de Pasajeros Nacionales establece, a tono con los estándares y recomendaciones internacionales, que en caso de cancelación de los vuelos, los pasajeros deben ser avisados con no menos de 72 horas, reembolsándole el ciento por ciento del boleto (…)”.
Reconoce que esta acción no pudo efectuarse porque como le explicaron a Jorge Alberto, carecían de efectivo en caja ya que no se estaban realizando ventas. Asimismo añade que la reposición del dinero puede ser “en cualquier oficina de Cubana de Aviación, en el territorio nacional”.
A petición del lector, los resultados de la indagación le fueron dados a conocer en su centro de trabajo, donde además de aceptar las disculpas por las molestias ocasionadas hizo recomendaciones a las máximas autoridades en Las Tunas y de Ecasa.
Cuando hicimos pública la queja nos cuestionamos dónde quedó la protección al consumidor, y todo parece indicar que no muy bien parada porque no se concibe ni manual ni decisión administrativa que deje a la deriva a un cliente, y mucho menos en las circunstancias particulares por las cuales atraviesa la transportación interprovincial en días tan señalados como los de fin de año.
Tampoco es plausible la desinformación a sabiendas, porque si algo siempre han agradecido los cubanos a la máxima dirección de la Revolución es conocer las noticias de primera mano, por muy crudas que sean, no solo para saber a qué atenerse, sino para buscar soluciones colectivas, esas que nos han mantenido en el rumbo elegido hace 60 años.