Por esperado y dada la rivalidad entre ambos, el combate de los 90 kilogramos entre Iván Silva y nuestro subcampeón olímpico de Londres 2012, Asley González, se robó buena parte del show en la penúltima jornada del campeonato nacional masculino de judo, ganado a la postre por el yumurino, quien revalidó así su corona conseguida en el 2017.
A la final ambos llegaron con actuaciones contundentes —todas sus victorias por ippón—, pero en los primeros cuatro minutos ninguno pudo marcar una técnica que definiera las acciones (recibieron par de shidos cada uno), por lo que tuvieron que ir a regla de oro, donde Silva se mostró más incisivo en los ataques y provocó una tercera penalización para el campeón mundial del 2013.
“Es siempre estimulante ganarle a Asley porque es un judoca de nivel universal. Nos llevamos bien y topamos mucho, por eso cada pelea es así, bien cerrada y solo se decide por detalles”, comentó el matancero, quien irá junto al villaclareño al torneo clasificatorio panamericano de Costa Rica la semana próxima y todavía opta por ser el elegido para los Juegos Centroamericanos y del Caribe en ese peso.
Por su parte, el mejor judoca cubano del último lustro admitió que la derrota fue muy parecida a la que sufrió en el Gran Prix de Turquía. “Me faltó proyectar para marcar. El judo hoy se gana así. Estoy bien físicamente y este año le había ganado en el Match de Retadores, por tanto estamos ahora parejo. Sigo pensando en que tendré un buen ciclo olímpico y lo demostraré”.
Al margen de este enconado pleito, tres categorías más levantaron de sus asientos a cientos de espectadores que se volvieron a dar cita en la sala capitalina Ramón Fonst, en particular la de 66 kilogramos, en la cual los habaneros Osniel Solís y Orlando Polanco protagonizaron el combate más espectacular del nacional, decidido tras casi siete minutos de buen judo.
Polanco se adelantó con wazari y estuvo a punto de ganar la dorada si no fuera porque faltando unos segundos del tiempo reglamentario Solís logró inmovilizarlo para emparejar la pizarra y motivar otro regla de oro a la que ambos llegaron amonestados con dos shidos. Una proyección de libro le dio a nuestra primera figura de la división el oro, su segundo de forma consecutiva en estas lides.
“No es que me guste remontar marcadores adversos, pero combato mejor así, aunque los entrenadores me dicen que debo atacar más en los primeros minutos. Fue una pelea muy dura porque el hombro se me lesionó y así tuve que terminar y ganar”, señaló Solís, quien apenas tuvo descanso tras llegar a Cuba en horas de la noche del lunes tras competir el fin de semana en Turquía.
El resto de los campeones eran casi de Perogrullo, pues el cienfueguero José Armenteros no tuvo ningún adversario que le hiciera sombras en los 100 kilos, pues su victimario en los dos últimos años, el matancero Andy Granda, ascendió hace unos meses a la división súper completa (+100 kg) y allí levantó ahora su tercera corona en línea.
“El cambio de horario afectó, pero tenía muchas ganas de competir en este nacional porque me debía la recuperación de este título”, argumentó el subtitular mundial del 2014, esperanzado de volver a esos planos estelares en la arena internacional, “porque estoy ya recuperado de las lesiones y estoy preparado psicológicamente para dar ese salto”.
Finalmente Granda ganó el máximo galardón por descalificación del camagüeyano Norlandis Soler, tras un combate algo enredado en el que no pudo mostrar sus mejores armas. “Todos estamos algo cansados por el viaje de regreso de Turquía, pero valió el esfuerzo para festejar el triunfo de Matanzas en este campeonato”.
La tabla de posiciones dejó a los yumurinos en la punta con tres oros y un bronce, escoltado por La Habana (1-5-4) y Cienfuegos (1-0-2), Artemisa (1-0-1), Holguín (1-0-1) y Ciego de Ávila (1-0-0), únicos territorios con campeones. Para este miércoles está prevista la despedida de estas justas con el torneo por equipos.