La dirección de nuestra empresa está absolutamente de acuerdo con el nombre del artículo publicado el 19 de febrero del 2018 lo que no debe suceder a un trabajador, pues lo acontecido a Primitivo no debió acaecer ni deberá reiterarse.
Así reconocen en la respuesta enviada a esta sección, desde la Empresa de Construcción y Montaje (ECM) del Mariel, los directores general y de Capital Humano, Alain Jesús González García y Rodolfo Urdanivia Sans, respectivamente.
Argumentan tal afirmación basados en el precepto elemental de que una persona enferma no debe ser afectada —recordemos que la queja denunciaba el impago de certificados médicos—, y porque situaciones como esa “pueden arrojar por tierra todos los esfuerzos que realiza la entidad para garantizar la satisfacción de sus trabajadores, eslabón primordial para alcanzar el cumplimiento de su objeto social, que es la ejecución de las inversiones en la Zona Especial de Desarrollo Mariel”.
En la misiva aclaran que desde diciembre se efectuaban las investigaciones por lo cual el 20 de febrero fue saldada la deuda con el constructor cienfueguero, uno de los más de 500 de otras provincias que laboran en la citada inversión, donde en total se encuentran 4 mil 230 trabajadores.
En su extensa carta explican que, sustentado en el Código de Trabajo y la Ley 105 de Seguridad Social, la ECM del Mariel tiene un procedimiento interno por el cual ante cualquier problema de salud el trabajador debe acudir al consultorio que funciona para ellos, con todas las condiciones para la atención primaria y de urgencia, y facilidades con vistas al traslado a otro centro de salud de ser necesario o requerir consulta especializada en el policlínico del municipio.
Si recibe servicios en otra institución médica tienen establecido que un especialista del Departamento de Recursos Humanos de la empresa presente el certificado médico en el consultorio para su valoración y autorización por el galeno, de lo contrario, el caso será evaluado por una comisión, y si el enfermo radica en otra provincia se designa a un trabajador destacado para que lo visite y testifique la autenticidad de la patología.
Sin embargo, exponen que Primitivo no acudió al citado consultorio, ni el primer certificado transitó por la vía explicada anteriormente, a esto se agregó que los cuatro documentos restantes referían distintas enfermedades avaladas por diferentes médicos, lo cual les hizo dudar de la veracidad de los papeles, que dicen se retrasaron en verificar, entre otra razones, porque carecieron de condiciones para realizar el viaje con inmediatez. Por ello reconocen una responsabilidad parcial en la demora.
Resulta imposible por limitaciones de espacio publicar todos los detalles que brindan para ejemplificar los esfuerzos y éxitos de la ECM del Mariel en cuanto a la atención a los trabajadores, a fin de garantizar su seguridad durante las labores y en cuanto a esparcimiento, con distingo para los más destacados, la ayuda para atender a familiares con problemas de salud y la transportación ante fallecimientos.
Teniendo en cuenta esos elementos consideramos doblemente lamentable lo ocurrido con el constructor cienfueguero, con el que se solidarizaron numerosos internautas para ubicar esa queja entre lo más leído en la página web de Trabajadores desde su publicación.
Atender y hacerlo bien a tantos miles de hombres constituye una obra encomiástica y colectiva, pues Primitivo no solo se quejó por el impago de los certificados, sino porque en el penoso estado como doliente y en su convalecencia le faltó, más que la visita, la simple llamada telefónica de sus jefes, de dirigentes de las organizaciones políticas y del sindicato, a fin de conocer acerca de su salud y brindarle apoyo moral.
La sensibilidad no equidista de las proezas a las que nos tienen acostumbrados los constructores. Su participación en las tareas de recuperación de los huracanes es una muestra.